Los bancos centrales podrían pasar la frontera de los tipos en negativo
Los bancos centrales ya no miran con malos ojos los tipos de interés negativos
El debate sobre los tipos en negativo vuelve con la crisis del coronavirus más fuerte que nunca. Aunque los principales bancos centrales del mundo se resisten a cruzar esta frontera.
Especialmente después de que no se adoptaran estas medidas durante la crisis financiera que arrancó en 2008. Pero cada vez hay más voces que mencionan que puede ser una opción.
Las declaraciones del miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), François Villeroy de Galhau, quien aseguró que los tipos de interés negativos “son una herramienta política efectiva”, pero que los bancos no deberían trasladar los tipos negativos a sus clientes, provocaron que los bancos sufrieran fuertes ventas durante la jornada de este jueves.
En mayo también Donald Trump pidió al banco central de los Estados Unidos que colocara los tipos en negativo.
“Tenemos un dólar fuerte y un país fuerte, y es un buen momento para tener un dólar fuerte porque estamos pagando un 0% de intereses y eso nunca antes ha ocurrido. Todo el mundo quiere estar en el dólar porque lo mantenemos fuerte”, aseguró el presidente a pesar de que los tipos de interés de la Reserva Federal (Fed) ya se situaron en los niveles actuales de forma ininterrumpida durante 7 años (diciembre de 2008 y diciembre de 2015).
Recordemos que la Fed acometió varias rebajas por la epidemia hasta situarlos en el nivel del 0%-0,25%, el suelo que marcó durante la crisis.
También en el seno del Banco de Inglaterra se lo están pensando, como confirmó su gobernador.
Los futuros descuentan tipos en negativo
Los contratos de futuros con vencimiento en enero de 2021 recogidos por Bloomberg superaron el umbral del 100% este mes un nivel que, en teoría, apunta a una previsión de los tipos de interés estadounidenses en territorio negativo.
En la zona euro, la facilidad de depósito ya está bajo cero desde 2014. Y existe cierta presión tanto para la Fed como el BoE para llevar los tipos de interés en negativo ya que tienen cierto margen.
De hecho, el propio gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, afirmó tener una opinión menos desfavorable que antes de la pandemia hacia los tipos negativos.
De hecho, el bono a dos años tocó tipos negativos a mediados de mayo, aunque luego repuntó y ahora se mueve por encima del 0%.
El de los Estados Unidos cotiza en el 0,164%, mientras que en el caso del BCE, la tasa de depósito negativa está escalonada, entre en el -0,5% y el -0,60%.
La propia presidenta del BCE, Christine Lagarde cuando era gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) era defensora de los tipos en negativo.
Los bonos a dos años cotizan en negativo en la eurozona
La política expansiva del BCE hizo que ya desde el año pasado los bonos a dos años de los principales países de la eurozona coticen en negativo.
En concreto la rentabilidad del bono a dos años de España se sitúa en el -0,445%.
El del bono alemán marca un precio del -0,647%, mientras que el francés se sitúa en el -0,546%.
El italiano también marca un -0,315% y el griego es el único que cotiza en positivo en el 1,344%.
Ventajas tipos en negativo
Los tipos en negativo tienen como objetivo estimular la economía. Con la penalización en negativo obligaría a los ciudadanos a aumentar el consumo.
Por el lado positivo es que los bancos no trasladarían estos tipos de negativo a sus productos para clientes minoristas.
Desde el punto de vista financiero, las entidades financieras abrirían más el grifo a familias y empresas.
También existe la idea de que las empresas con mayor liquidez aumentarían las inversiones para evitar las posibles penalizaciones.
Esto crearía un círculo virtuoso en la economía que favorecería una recuperación más rápida.
Lado negativo
Pero habría un lado negativo. Los tipos en negativo podría aumentar el apalancamiento de las empresas, especialmente de aquellas que no cuenten con una sólida situación financiera.
Por otro lado, existe la posibilidad de que también se genere una burbuja.
Otro de los efectos negativos es que se tome más riesgo de lo necesario.
También impulsa la supervivencia de las empresas zombies que no logran suficientes ingresos financieros para sobrevivir por sí solas pero que aprovechan los tipos en negativo para financiarse.