Andrew Evans (Schroders): «La relación rentabilidad / riesgo de la banca española no es tan atractiva como la de la italiana»
Algunas opciones value que enumera este gestor son Repsol, la banca italiana, Sanofi, así como nombres británicos, pese al Brexit.
Andrew Evans, gestor value en Schroders, reivindica el mejor comportamiento relativo que tiene su estilo de gestión respecto a otros en el largo plazo. En la última década no ha funcionado demasiado bien, pero confía en que a partir de ahora sea más útil que nunca invertir en compañías baratas con un horizonte temporal de entre tres y cinco años.
¿Cuál es su visión del contexto actual del mercado?, ¿cómo lo definiría?
En la última década se han desarrollado unas tendencias muy definidas: los activos que han funcionado mejor han sido los valores de crecimiento, EE.UU. y las tecnológicas, mientras que no han ido tan bien los emergentes, las acciones europeas o el value. Algunas de esas tendencias han sido también inusuales, ya que el value, a largo plazo, lo ha hecho siempre mejor que el 'growth'. En los últimos meses, los inversores han empezado a poner en cuestión algunas de estas tendencias y creemos que ha sido porque hay una gran concentración de fondos en las áreas del mercado que mejor han funcionado. Pero, desde nuestra perspectiva, podemos encontrar oportunidades: el modo en que un inversor value ha de mirar la volatilidad es que puede ser incómoda a corto plazo, pero hace aflorar opciones que pueden dar buenos retornos a tres o cinco años.
¿Qué oportunidades en particular está encontrando?
Las áreas baratas del mercado llevan estándolo un tiempo: el sector bancario, el de petróleo y gas y el minero son, probablemente, los más baratos. Más recientemente están ofreciendo oportunidades algunos sectores industriales, como los ligados al automovilístico.
¿El value es bueno en este entorno de mercado?
El value está bien posicionado después de un periodo de significativo peor comportamiento. A largo plazo, como muestran los datos de los mercados de los últimos 130 años, la inversión value funciona; comprar las compañías más baratas proporciona buenos rendimientos y por encima de la media del mercado, aunque ello no haya sido así en los diez últimos años. Algunas áreas del mercado cotizan a valoraciones tensionadas y hay decisiones de inversión que se toman ignorando las valoraciones. La oportunidad surge cuando los inversores vuelven a poner el foco en los fundamentales y se dan cuenta de que por algunas acciones se pagan precios muy elevados.
No sé si ve una recesión o una desaceleración cerca y si seguiría confiando en esta estrategia.
Históricamente, el periodo más duro para los gestores value es el final de un mercado alcista, porque es difícil encontrar buenas opciones. Nosotros nos inclinamos por acciones baratas que ya han descontado en sus precios muchos de los temores que hay en los mercados, como los bancos. No sé si nos encaminamos hacia una recesión, pero en el momento en que las valoraciones se convierten en algo importante y cuando a los inversores les invaden sus emociones y el miedo, afloran las oportunidades. Si creemos que la inversión value funciona es porque en un momento dado, los inversores se entusiasman, no tienen en cuenta las valoraciones y no les importan los precios que están pagando. Entonces, aparece un problema, como una recesión u otra cosa, y los inversores pasan al otro extremo: se asustan. Cuando los inversores toman decisiones basadas en el miedo, aflora la oportunidad de tomar posiciones.
Geográficamente, ¿dónde están las acciones que más les interesan?
Nosotros nos acercamos al mercado desde una perspectiva bottom-up. Pero las áreas que ahora nos parecen más atractivas son las que están fuera de EE.UU., lo que significa que en nuestros fondos globales la bolsa americana está muy infraponderada. En Europa y en el Reino Unido es donde encontramos las valoraciones más atractivas.
¿En qué países europeos además de en el Reino Unido?
Algunos países de la periferia nos parecen atractivos. También encontramos oportunidades en mercados que no nos parecerían atractivos con el análisis top-down, como Bélgica, y lo mismo nos pasa en Italia o en Alemania.
¿Tiene posiciones en España?
No tenemos grandes inversiones en España. La mayor posición es Repsol: el sector petróleo y gas es uno de los más atractivos a nivel global y esta compañía, que hace un tiempo no nos parecía interesante porque tenía demasiada deuda, ahora tiene un balance mucho más saneado gracias a su generación de caja y a la venta de su participación en Naturgy. Su valoración no ha recogido ese progreso.
Ha dicho que le gustan los bancos. ¿Qué opina de la banca española?
Tenemos posiciones en el sector financiero, pero no tenemos ningún banco español. Cuando los hemos mirado, no los hemos creído lo suficientemente baratos y cuando nos lo han parecido, no hemos visto a sus balances tan fuertes como los de otros que encontrábamos en otros sitios. La relación rentabilidad / riesgo de los bancos españoles no es tan atractiva como en Italia, por ejemplo. Los bancos italianos tienen problemas, pero las valoraciones y su potencial son más elevados teniendo en cuenta el riesgo asociado.
¿Qué otras ideas de inversión puede compartir?
Le daré un nombre del sector salud, que está bastante caro: Sanofi. Esta 'farma' francesa atravesó un momento muy duro cuando uno de sus medicamentos se convirtió en genérico y tuvo que enfrentarse al incremento de la competencia. Apareció el factor miedo, como siempre ocurre en el sector cuando vence una patente. Pero, como inversores value analizamos el valor de la compañía y valoramos su diversificación y la línea de fármacos en la que está trabajando. En el sector bancario, hablaré de Royal Bank of Scotland: hizo muchas cosas mal y por eso el Gobierno tuvo que rescatarlo; pero en la última década también le han ocurrido cosas buenas y ahora es uno de los bancos más capitalizados del norte de Europa. Sus riesgos se han reducido, pero la valoración no ha mejorado mucho desde la crisis financiera y por eso consideramos atractiva su relación rentabilidad-riesgo.
Y le gusta el Reino Unido pese al Brexit.
La incertidumbre sobre el Reino Unido implica que hay muchos inversores que están saliéndose de este mercado, pero muchos han vendido sus posiciones en empresas que tienen su actividad fuera del país, como AngloAmerican, que tiene su negocio fuera incluso de la UE, o Standard Chartered, que está sobre todo enfocado a Asia. Ahora también vamos a observar las empresas británicas más domésticas.
Tras las caídas que están sufriendo, ¿ha llegado el momento de entrar en las tecnológicas americanas?
Cuando ha empezado a haber algo de preocupación sobre ellas las valoraciones estaban tan altas que tardarán un tiempo hasta que las tengamos en cuenta. De la manera en que nosotros invertimos, aún es muy pronto para comprar.