Sijena, el monasterio oscense que trae de cabeza al independentismo catalán

Construido en el siglo XII bajo los auspicios de la casa real de Aragón, el Monasterio de Sijena (Huesca) trae[…]

Construido en el siglo XII bajo los auspicios de la casa real de Aragón, el Monasterio de Sijena (Huesca) trae de cabeza desde hace años al independentismo catalán instalado en la Generalitat desde los tiempos del tripartito, pasando por la etapa de Artur Mas y llegando a la actual de Puigdemont y la Esquerra.

Desde este viernes, el histórico cenobio se ha convertido en emblema de la batalla aragonesa por recuperar el arte retenido en Cataluña. Desde este viernes, el Monasterio de Sijena exhibe al público las primeras 51 piezas que ha logrado recuperar.

Los «bienes de la Franja» y el «tesoro de Sijena»

La batalla judicial de Aragón para que Cataluña le devuelva obras de arte viene de lejos, de décadas. Son dos centenares de valiosas piezas las que están en liza. De una parte, las algo más de cien que componen la colección conocida como «bienes de la Franja»; de otro, el valioso compendio artístico del Monasterio de Sijena.

Los «bienes de la Franja» son más de cien obras de arte propiedad de parroquias aragonesas pero que hace un siglo fueron trasladadas a Lérida. Se reclamaron al Museo leridano en los años 90, cuando esas parroquias aragonesas salieron de la Diócesis ilerdense. Hay sentencias firmes, dictadas por la jurisdicción eclesiástica -de plena eficacia en el ordenamiento jurídico español-, pero Lérida se mantiene desde hace un decenio en rebeldía contra esas sentencias. No las cumple.

El asunto, pese a tener la forma legal de litigio entre diócesis, de asunto eclesiástico, no es exactamente tal. El independentismo catalán también ha hecho de este asunto una cuestión de imagen y de estrategia. La Generalitat es parte primordial del patronato que dirige el Museo Diocesano de Lérida, y ha actuado en todo momento para que esas más de cien obras de arte no salgan de allí. Y allí siguen, sin que hasta la fecha la rebeldía judicial de la Diócesis leridana haya sido sancionada.

Los «bienes de la Franja» son un frente que sigue abierto. El otro, el de Sijena, que a su vez se dirime en dos vertientes: de una parte, el conocido como «tesoro artístico de Sijena», 97 obras de arte mueble que empezaron a salir de ese cenobio para acabar en Cataluña hace más de 30 años. De otro, los valiosos frescos románicos de este viejo monasterio, considerados entre las muestras cumbre de la pintura románica. Estos fueron arrancados en varias tandas, la primera con el telón de fondo del expolio y el vandalismo -en 1936, al comienzo de la Guerra Civil, una columna anarquista incendió el monasterio-. Los frescos están desde hace décadas en el barcelonés Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).

La batalla legal de un pueblo de los Monegros

Hace años, muchos ya, el pequeño ayuntamiento oscense de Villanueva de Sijena decidió reclamar todos esos bienes de su histórico cenobio. No se arrugó ante lo que parecía una batalla judicial muy descompensada, un pequeño pueblo de los aragoneses Monegros contra la maquinaria jurídica, administrativa y política de la Generalitat catalana. Pero, al final, ha conseguido ganar el pulso.

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En abril de 2015, un juzgado sentenció, en Primera Instancia, que Villanueva de Sijena tenía razón. Condenó a la Generalitat al concluir que esas 97 piezas del «tesoro artístico de Sijena» las compró ilegalmente en varias tandas entre 1983 y 1994. La sentencia fue implacable contra el modo de actuar del Gobierno catalán en este asunto: ignoró preceptos legales para compra-ventas de patrimonio artístico, no aparecieron siquiera los justificantes de pago de los importes que se fijaron para esas compra-ventas, la operación se hizo rodeada de oscurantismo...

La Generalitat recurrió aquella sentencia de Primera Instancia. Será la Audiencia Provincial de Huesca la que resuelva ese recurso -y, cuando lo haga, cabrá recurso ante instancias judiciales superiores-, pero Villanueva de Sijena decidió que, mientras todo este litigio sigue adelante, la sentencia se ejecutara con carácter provisional. Es decir, que se forzara a la Generalitat a devolver esas 97 obras de arte. La petición también fue aceptada por la Justicia.

Desacato de la Generalitat

Tras persistentes intentos de dilación y de oposición a esas devoluciones, el juzgado que lleva el caso dio un ultimátum a la Generalitat hace casi un año. Le ordenó a devolver las 97 piezas antes de que acabara el mes de julio de 2016. El Gobierno catalán cumplió, pero a medias: entregó solo 51 piezas y, además, fuera de plazo. Son las 51 obras de arte con las que ahora se ha estrenado el museo habilitado en lo que fueron los dormitorios del histórico Monasterio de Sijena, un espacio que se ha convertido en emblema aragonés en su particular batalla judicial contra la Generalitat por el patrimonio artístico.

Dos obras perdidas, en paradero desconocido

Quedan por llegar otras 46 piezas del «tesoro de Sijena». Y quedan por llegar también los frescos románicos. Estos siguen en el MNAC barcelonés, que -junto a la Generalitat- intenta esquivar la orden de devolución que ya le fue cursada por la Justicia el año pasado -la situación procesal es prácticamente idéntica a la del «tesoro artístico»-.

Respecto a las 46 piezas de arte mueble que no ha entregado todavía -seis meses después de que expirara el plazo dado por los juzgados-, la Generalitat ha optado por situarse en el delicado filo de la desobediencia judicial. Eso sí, sin que hasta ahora le haya supuesto consecuencia alguna -la juez del caso se limitó a advertir hace meses que cabe actuar penalmente por incumplimiento, pero ni se ha activado procedimiento alguno en este sentido ni se ha enviado a la Policía para hacerse con esas obras de arte y llevarlas de vuelta a Aragón, solución que ha pedido aplicar la parte aragonesa-.

De esas 46 piezas pendientes, dos no se sabe donde están. L
as autoridades catalanas le han dicho a la juez que las han perdido
, que no dan con ellas. Las otras 42 están en el Museo Diocesano de Lérida, el mismo que retiene -también en contra de fallos judiciales firmes y definitivos- las más de cien obras de arte de los «bienes de la Franja».

Museo hecho realidad

Mientras tanto, Sijena ha estrenado su particular museo fruto de la primera batalla ganada a la Generalitat en su litigio por el arte aragonés retenido en Cataluña. A falta de que lleguen las otras 46 que faltan, los antiguos dormitorios del Monasterio de Sijena exhibe ya las 51 que sí están de nuevo en su poder. Destacan las Puertas del Palacio Prioral, relicarios de gran valor y piezas de lo más variado, desde ajuar doméstico de lujo y datado siglos atrás hasta pergaminos o fragmentos de pinturas murales.

Para adecuar estos espacios expositivos -incluido el que espera a recibir los frescos románicos-, el Gobierno aragonés ha invertido en los últimos meses 400.000 euros. Se han remozado y acondicionado estas estancias del histórico monasterio que se estrenó en abril de 1188 y que fue promovido por Sancha de Castilla, reina consorte de Alfonso II de Aragon.

Esos 51 bienes de Sijena recuperados han quedado expuestos al público de forma continua. Pueden visitarse los viernes, sábados y domingos, en horario de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas.

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