Cambios en la Cámara de Estados Unidos
Tal y como vimos el pasado seis de noviembre, los demócratas consiguieron sobreponerse a los republicanos optando a dirigir la Cámara de Representantes de Estados Unidos, entre una oleada de enfado y descontento de los votantes con Donald Trump en los enclaves suburbanos.
Tal y como vimos el pasado seis de noviembre, los demócratas consiguieron sobreponerse a los republicanos optando a dirigir la Cámara de Representantes de Estados Unidos, entre una oleada de enfado y descontento de los votantes con Donald Trump en los enclaves suburbanos. Aun así, los republicanos más leales reafirmaron el control republicano del Senado.
El resultado de las elecciones legislativas del martes resaltó la división urbano-rural que ha llegado a definir la política de los Estados Unidos. La consecuencia directa, será una alteración dramática durante los próximos dos años en el mandato de Trump y abocará a que una nación profundamente dividida sea aún más difícil de gobernar, mientras el presidente busca su reelección en 2020.
Durante la madrugada del miércoles, los demócratas habían obtenido más de los 218 escaños necesarios para ganar el control de la Cámara de Representantes. Muchos de los ganadores del partido fueron mujeres, consiguiendo alcanzar así un número récord de presencia en la cámara para el próximo año. Al menos 95 mujeres han sido elegidas para ocuparla, superando así el récord actual de 84.
Una Cámara de Representantes demócrata, la primera desde 2010, dejaría a Trump sin el apoyo del congreso para hacer avanzar su agenda, incluyendo también la siguiente ronda de recortes de impuestos, los fondos para su muro fronterizo e incluso los posibles intentos de tumbar el conocido como Obamacare.
Los demócratas se han comprometido a verificar el poder del presidente, investigar sus declaraciones de impuestos, la interferencia de Rusia en las elecciones de 2016 y las actuaciones de su gobierno.
No podemos olvidar que a pesar de encontrarnos con un congreso dividido, Trump, podrá continuar reformando los tribunales federales y los departamentos de su gabinete gracias a un senado liderado por el partido republicano, el cual estará listo para confirmar a sus candidatos.
A pesar de los resultados obtenidos, el presidente Trump, mostró su lado más indiferente al adjudicarse la victoria, haciendo parecer que esto no supone un revés para su mandato, y llegando a calificar el resultado como un ´´éxito``. Los motivos que propician tal optimismo se fundamentan en las victorias obtenidas en lugares clave donde el mismo realizó campaña como Indiana, Dakota del Norte, Missouri, Tennessee y Texas, al igual que a través de sus principales representantes como sucedió en Florida. Tomando así dichos resultados como un balón de oxígeno de cara a su próxima candidatura para su reelección como presidente.
Antonio Sales es analista de XTB