La pensión máxima se aleja cada vez más de lo que se cotiza al sistema

La base máxima crece en la última década más del doble que la prestación más generosa, por lo que la brecha asciende ahora a más de 9.000 euros

Los empresarios están en pie de guerra tras el anuncio no oficial de que la base máxima de cotización podría subir el próximo año entre un 10% y un 12%, lo que supondría que tendrían que pagar hasta 1.761 millones más al año, según cálculos de la CEOE. Por el momento el Gobierno no ha confirmado cuál será finalmente el incremento para 2019 y aseguran que «están trabajando en ello», pero el presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), desveló la semana pasada que así se lo comunicaron desde el Ejecutivo, que pretendía con esta medida recaudar entre 1.000 y 1.100 millones adicionales.

De ser finalmente así, la base máxima aumentaría entre 380 euros y 456 euros al mes, un alza que nunca antes se había registrado y que se aleja cada vez más de la pensión máxima. Y es que desde 1995 la cotización se ha ido elevando de forma muy progresiva y nunca ha supuesto un aumento de la cuota mensual superior a 100 euros. Así, si se compara con la evolución que ha experimentado en la última década, la subida ha oscilado entre el 0,25% de 2015 y el 5% de 2013 y 2014. Es más, desde 2008 se ha incrementado un 23,7%, lo que significa que si finalmente se confirmara la subida de la base máxima del 12% se impulsaría en un año la mitad de lo que lo ha hecho en los últimos diez.

En cualquier caso, cabe resaltar que el avance de la base máxima en la última década duplica con creces al que ha experimentado la pensión máxima. Así, ésta se ha elevado desde 2008 un 9,2%, frente a casi el 24% en que lo ha hecho la cotización. De esta forma, la brecha entre lo que ingresan los jubilados mejor remunerados y lo que han cotizado se hace cada vez mayor. En la actualidad, la prestación máxima se sitúa en los 2.614,9 euros al mes, repartido en 14 pagas, por lo que los ingresos anuales de estos pensionistas ascienden a 36.608 euros al año. Para conseguir esta jubilación, el trabajador tendrá que haber cotizado un total de 35 años y medio y haber pagado el máximo a la Seguridad Social durante los últimos 21 años de su carrera.

Esto significa que están cotizando por unos ingresos superiores a los 45.600 euros, pero luego reciben cuando se jubilan 36.600 euros. Así, están pagando 9.000 euros más cada año al sistema que lo que luego les devuelve, una cuantía muy superior a la que se daba hace una década. Y es que en 2008 esta brecha se reducía hasta los 3.374 euros, es decir, los trabajadores cotizaban un 28% más de la pensión que luego recibían, mientras que en la actualidad esa brecha se dispara hasta más del 45%.

A la cola de Europa

Y todo apunta a que la pensión máxima seguirá alejándose cada vez más de lo cotizado a la Seguridad Social, puesto que el incremento de la base máxima será mayor que lo que se eleve esta prestación y porque tiene un amplio margen de mejora si se compara con los países del entorno. Así, la base máxima de cotización en España es la segunda más baja de las principales economías de la UE, que además se corresponden precisamente con países con sistemas de protección social más consolidados, según un informe de CC OO.

A este respecto, hay cinco Estados de la UE-15 que han destopado sus bases máximas de cotización: Bélgica, Irlanda, Portugal, Finlandia y Reino Unido, de modo que en estos casos los trabajadores cotizan por la totalidad de sus salarios. Tres países más (Luxemburgo, Francia e Italia) han establecido una base máxima que supera los 100.000 euros anuales, por lo que más que duplican a la española. Existe un tercer grupo compuesto por Alemania, Grecia y Austria que sitúan su base máxima entre los 60.000 y 70.000 euros anuales. Y, por último, España se encuadra, junto con Suecia y Holanda, en el grupo con bases máximas de cotización más bajas, inferiores a 50.000 euros anuales. La financiación de las pensiones en Dinamarca no se realiza con cotizaciones.

Sea cual sea, el incremento afectará a casi 1,5 millones de trabajadores que cotizan los doce meses al año por el máximo y que trabajan mayoritariamente para grandes empresas del sector servicios, según el estudio de CC OO. El perfil es el de un hombre, de mediana edad, con contrato indefinido a jornada completa, estudios universitarios y que desempeñan un puesto directivo. Los autónomos afectados apenas llegan a los 15.000.

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