¿Por qué le gusta Bolsonaro al mercado?

Finalmente, las encuestas no han fallado y Jair Bolsonaro se ha hecho con la presidencia de Brasil al conseguir prácticamente[…]

Finalmente, las encuestas no han fallado y Jair Bolsonaro se ha hecho con la presidencia de Brasil al conseguir prácticamente 11 millones de votos más que el Partido de los Trabajadores. 

Siempre que un país acaba acorralado por crisis económicas, políticas o mera corrupción del sistema, "termina por decantarse por una nueva fuerza política con la intención y esperanza de que se produzca un cambio de la situación", dice Eduardo Bolinches, analista colaborador de ActivTrades. No hay más que ver que el sector de la ultraderecha gana adeptos tanto en el Viejo Continente como en América.  Y también a los mercados de valores les gusta esta solución propuesta. 

¿Los motivos?

Pues realmente son muy claros: "Brasil es una economía con un alto nivel de déficit que el nuevo gobierno quiere y está dispuesto a reducir. Y qué mejor manera de reducirlo que privatizando las joyas del país, Petrobras y Banco de Brasil, asegura Bolinches

Todo el mundo está esperando la comparecencia de Bolsonaro y Guedes, el llamado a convertirse en Ministro de Economía, para poder certificar que la idea de privatizar Petrobras y el Banco de Brasil no era más que una mera herramienta preelectoral. Poco importa que estas recetas sean o no las correctas para reflotar una economía asfixiada por las deudas que apenas crece o que las libertades para los brasileños se vean mermadas a partir de ahora. Aquí lo que realmente gusta a los mercados es que va a salir carne fresca al mostrador y eso siempre es de agradecer. 

España es el segundo país del mundo con más intereses en Brasil. Banco Santander, Telefónica, Mapfre... obtienen gran parte de sus resultados globales de dicho país por lo que un seguimiento en las próximas sesiones de estos valores es lo más sencillo para ver y valorar la magia del efecto Bolsonaro sobre los mercados, sobre todo en el Bovespa que arrecia con marcar nuevos máximos, tal y como podemos apreciar en el siguiente gráfico.

Privatizaciones, liberalismo y descentralización

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El presidente electo de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, pretende aplicar la receta más ortodoxa del liberalismo con un plan basado en privatizaciones, descentralización y más ajuste fiscal, pero sobre el que aún sobrevuelan varios interrogantes.

El capitán de la reserva del Ejército, vencedor de las elecciones de este domingo con 55,13 % de los votos, se destapó durante la campaña como un fiel seguidor de la doctrina capitalista y defensor de una mayor apertura y una menor carga tributaria.

"Nuestro Gobierno romperá paradigmas: vamos a confiar en las personas. Vamos a desburocratizar, simplificar y permitir que el ciudadano, o el emprendedor, tenga más libertad para crear y construir su futuro", dijo el ultraderechista en su primer discurso, delante su casa en Río de Janeiro.

Antes de lanzarse a la carrera presidencial, a Bolsonaro se le presumía como un nacionalista, una característica generalizada entre los militares brasileños, pero adoptó una agenda liberal tras "fichar" para su equipo económico a Paulo Guedes, un liberal ortodoxo de la denominada Escuela de Chicago y quien será ministro de Hacienda.

En su programa, el mandatario electo asegura que las economías de mercado son "históricamente el mayor instrumento de generación de renta, empleo, prosperidad e inclusión social" y que gracias a ellas "miles millones de personas están siendo salvadas de la miseria en todo el mundo".

Uno de sus principales pilares será profundizar en las privatizaciones de empresas estatales, un camino que ya comenzó a explorar el aún gobernante, Michel Temer, con la idea de relanzar a la debilitada economía del país.

Con ello, su Gobierno espera paliar el abultado y crónico déficit de las cuentas públicas de Brasil, que en los últimos doce meses hasta agosto fue de unos 503.000 millones de reales (unos 137.500 millones de dólares), incluyendo el pago de intereses, lo que equivale al 7,45 % del PIB.

Sin embargo, Bolsonaro, quien ya reconoció en una entrevista al diario O Globo que "no entiende de economía", cambió su discurso en este punto y pasó de decir que iba a "privatizar" y "extinguir gran parte de las estatales" a poner ciertos límites.

De esta forma, se mostró contrario a la venta de activos del sector de generación de energía y declaró que es posible "conversar" sobre la privatización de la parte de distribución.

Igualmente aseveró que el núcleo de la petrolera estatal Petrobras debe permanecer bajo el control del Estado y en un intento por reducir el tamaño de la maquinaria pública cortará drásticamente el número de ministerios. "Necesitamos más Brasil y menos Brasilia", expresó Bolsonaro.

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