El ebitda soñado. La "creatividad" infló un 43% las ganancias de las empresas adquiridas

La creatividad extrema llega al ebitda en algunas compañías que, para parecer más solventes y captar capital o deuda, retuercen esta ratio sin pudor

El papel que está jugando el ebitda en la concesión de créditos para las empresas es cada vez más relevante. Esta ratio, que se popularizó en la década de los 80 como una herramienta para que los inversores corporativos evaluaran mejor los objetivos potenciales, se ha convertido en un pilar de las finanzas corporativas.

El acceso al crédito vuelve a ser más fácil para las empresas, porque tanto ellas como las compañías de capital riesgo que las respaldan están recurriendo al ebitda (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) para parecer más solventes y obtener más volumen de crédito.

El problema es que en la mayoría de las ocasiones el ebitda es demasiado creativo.

Las empresas que emitieron préstamos apalancados para fusiones y adquisiciones inflaron su ebitda en un 43% de media el último trimestre del año. Y estas cifras engañosas podrían estar creando una falsa percepción de seguridad en el mercado de deuda corporativa de baja calificación, en el que se mueven 2,5 billones de dólares.

Fuente clave

Este mercado es una fuente clave de fondos para las compañías con peores condiciones crediticias y para las empresas de capital riesgo, que suelen endeudar las empresas que compran para aumentar los ingresos.  

Los abogados y asesores de Wall Street llevan tiempo trabajando para introducir ajustes significativos en el cálculo del ebitda, ayudando a que los precios de compra parezcan más pequeños y el peso de la deuda resulte más llevadero.

Ejemplos de creatividad con el ebitda

Como ejemplo extremo de ebitda creativo está la compañía de oficinas compartidas Wework. Convirtió unas pérdidas de 933 millones de dólares en 233 millones de dólares de lo que denominó "ebitda ajustado por la comunidad" el ejercicio 2018, cuando emitió su primer bono.

Aquella medida, completamente ridiculizada (y abandonada desde entonces) excluía incluso los gastos generales y administrativos básicos.

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"Nunca hemos visto un ajuste negativo neto del ebitda; siempre sube", afirma Jason Dillow, ceo de Bardin Hill, una compañía de inversión de crédito. "Es básicamente lo que se puede conseguir poniendo cara de póker".

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