Comprar una casa, cada vez más difícil

Los hogares destinan ya más de un 17% de su renta a pagar la hipoteca, cuya cuantía supera los 125.000 euros de media, como hace una década. Los precios de la vivienda crecen a un ritmo mucho mayor que los ingresos de las familias.

La brecha entre el mercado inmobiliario y el laboral vuelve a profundizarse en una espiral en la que los precios de las viviendas siguen creciendo sin parar mientras que los ingresos de los que disponen las familias para financiar esas adquisiciones no lo hacen al mismo ritmo. Por eso, la mayor parte de los hogares tienen que realizar un mayor esfuerzo si quieren adentrarse en la compra de un piso o una casa con respecto a lo que les suponía para sus presupuestos domésticos hace apenas un año.

La parte de las rentas mensuales que entran en una familia media y que se destinan a la financiación de su vivienda ha vuelto a incrementarse hasta representar el 17,2% de esos ingresos. Así, para una hipoteca de 120.000 euros se pagan 559 euros al mes. La tasa ha crecido un punto frente a la de 12 meses antes, cuando se situó en el 16,6%, según Tinsa. En términos de tiempo, ese esfuerzo suponen 7,7 años de sueldo para liquidar la hipoteca, frente a los 7,3 de 2016.

Sin embargo, las diferencias entre el esfuerzo que hacen los compradores de unas comunidades y otras resultan cuantiosas: frente al 23% de renta que destinan en Baleares a este fin, o el 21,6% de Málaga se contrapone el 13,2% de La Rioja o el 13,4 de Asturias.

Estas cifras se encuentran aún muy lejos de la parte de la renta disponible que llegaron a tener que gastar las familias en sufragar sus cuotas hipotecarias, como ocurrió en 2007. Entonces, en pleno 'boom' económico, financiero e inmobiliario, los hogares destinaban, de media, un 33% de todos sus ingresos. Esta realidad implicó que en los años de crisis muchas familias se vieran atrapadas en las deudas asumidas en aquellos años y pasaran por procesos que en muchos casos llegaban al desahucio del inmueble.

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Esa tasa de esfuerzo hipotecario llegó a su nivel más bajo precisamente hace ahora un año, cuando apenas superaba el 16,6%. Pero desde entonces no ha parado de incrementarse (un 16,7% en el cuarto trimestre del año pasado; y un 16,8% en el primer semestre de este ejercicio).

La explicación se encuentra en la evolución diferente que marcan las dos variables que intervienen en esa ecuación para calcular el peso de las hipotecas en las cuentas mensuales domésticas. En el lado del precio de la vivienda, sus costes son cada vez más elevados. El informe de Tinsa indica que el precio medio de la vivienda se ha incrementado un 5% en el tercer trimestre, hasta los 1.317 euros por metro cuadrado. Se mantiene así una evolución al alza desde hace dos años en la que acumula una revalorización del 9%. En cualquier caso, esos precios son aún un 35,7% inferiores al máximo alcanzado a finales de 2007.

Sin embargo, las estadísticas que arroja el mercado laboral son mucho más comedidas. En 2017, el salario bruto medio anual de un español se situó en los 22.806 euros, un 0,1% más que el año anterior, según el INE. Hasta el segundo trimestre de este año, el coste laboral (incluidas cotizaciones) apenas ha aumentado un 0,7%.

El mercado financiero muestra cómo las hipotecas concedidas y su importe sigue subiendo ajeno a la ralentización del mercado de trabajo. Hasta julio, el número de créditos para vivienda formalizados en la banca aumentó un 14,6% con respecto al mismo periodo de 2017, al rozar las 29.300 aprobaciones. De esta forma, se acumulan cuatro meses consecutivos al alza en la materialización de operaciones hipotecarias para adquirir viviendas.

El 'ladrillo' protagonista

Además, el importe de ese tipo de préstamos también crece sin parar. La cuantía media por la que se formalizaron hipotecas hasta julio fue de 125.120 euros, un 2,1% más que hace un año. El dato refleja el aumento en el precio de los inmuebles, que obliga a las familias a pedir más dinero. De hecho, es la cuantía más elevada de la última década, solo comparable a las de 2008 antes de la crisis. Hace apenas tres años, se solicitaban, de media, poco más de 108.000 euros. Ante esta realidad, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, recordó este lunes que mientras que en España «la tenencia de vehículos de ahorro es significativamente menor» frente al resto de Europa, el porcentaje de hogares que poseen su vivienda principal (en torno al 80%) como otras propiedades inmobiliarias (en torno al 40%) es superior a los vecinos comunitarios o economías desarrolladas. En este sentido, el presidente de la CNMV, Sebastián Albella, indicó que la educación financiera puede contribuir en el largo plazo al reajuste del 'patrón inversor-ahorrador', ya que en España «se ahorra poco» y se invierte más en ladrillo.

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