Inversores: ¿hay tiempo aún para subirse al carro del euro?

El euro lleva desde comienzos del mes de noviembre estabilizado en torno a los 1,10 dólares y se encamina hacia[…]

El euro lleva desde comienzos del mes de noviembre estabilizado en torno a los 1,10 dólares y se encamina hacia una recta final de año sorprendentemente tranquila, aunque las cosas podrían cambiar en 2020 y sorprender a los inversores. 

Así, según recoge una reciente encuesta de Bloomberg, la moneda común aumentará a 1,12 dólares en marzo, para cotizarse a 1,16 dólares a finales del año que viene, frente a los 1,1065 dólares que en que se mueve ahora mismo. 

Cada vez más voces autorizadas se están subiendo al carro del euro y ofrecen perspectivas positivas para el devenir de la moneda comunitaria. Los más optimistas de largo son los economistas de Morgan Stanley, quienes vaticinan que el euro alcanzará los 1,16 dólares a finales del primer trimestre de 2020. 

Pero tampoco se quedan atrás sus colegas de ABN Amro y Commerzbank, que  también ven una subida hasta 1,14 dólares en marzo, a medida que la economía de la región se estabiliza y la incertidumbre del Brexit se desvanece. Y los operadores de opciones están apostando por ganancias para la moneda común.

La nueva presidenta del BCE, Christine Lagarde, se estrenará este jueves en su primera reunión de política y ya ha dejado caer que hacen falta mayores estímulos fiscales para abordar los problemas de crecimiento e inflación de la región. También ha dicho que las política acomodaticias del BCE han sido clave para impulsar la demandan interna, lo que en teoría respalda que el año que viene haya más bajadas de tipos, como así lo descuenta ahora mismo el mercado. 

Pero una cosa bien distinta es que esto tenga que ser así, porque los mismos miembros del Consejo de Gobierno del BCE que han colocado los tipos de referencia en el -0,5% poco antes de la salida de Mario Drgahi, están considerando que esos tipos negativos son un mal necesario que no debería agravarse. El problema es que nadie en las esferas del BCE ha salido en defensa pública de los tipos negativos, y mucho menos Lagarde, lo que ha dado pie a muchos banqueros a terminar con una situación que perjudica seriamente a sus cuentas de resultados. 

El invierno monetario ha ido demasiado lejos, y los banco se suman algunos fondos de gran peso, como es el caso de PIMCO, cuyos gestores han dicho las tasas negativas pueden estar haciendo más daño que bien, ya que reducen la rentabilidad de los bancos, deprimen los rendimientos del mercado y crean una "ilusión monetaria" en la que los ahorradores se sienten más pobres y, por lo tanto, reducen el consumo. 

Así que este clima de rebelión contra los tipos negativos va a más el año que viene, no se puede descartar que el euro comience a subir y recoja las expectativa de mayor incremento en el precio del dinero. 

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No obstante, a corto plazo, como admiten en Goldman Sachs, el euro podría caer incluso por debajo de 1,10 dólares, aunque para final de año, los mismos expertos consideran que el nivel que habrá alcanzado la divisa comunitaria rondará los 1,15 dólares. Consideran que el próximo gran movimiento del euro será al alza aunque opinan que las señales fundamentales que consideran necesarias para ver el rally todavía no se han dado 

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