Los mercados apuestan por las caídas ante las elecciones

Las urnas no terminan de gustar a los mercados. De hecho, desde que se creó el Ibex-35 a principios de la década de los 90, solo ha cerrado en positivo tras unos comicios en una ocasión: el pasado 28A. En aquella jornada post-electoral, la bolsa cerró con un leve ascenso del 0,12% y se anotó 9.517,2 puntos, la mejor acogida tras una convocatoria a las urnas en España, al menos desde 1989.

Aunque el indicador selectivo se creó en 1992, una regresión de Bloomberg es capaz de llevarnos a su comportamiento desde 1987. De este modo, sabemos que el triunfo del socialista Felipe González aquel año habría supuesto una revalorización de un 0,15%, frente a la caída del 5,22% con que se saludó a José María Aznar en 1996. En cambio, en su reelección en 2000 la bajada fue menor, de un 1,23%.

El mismo patrón siguió el parqué en los sucesivos comicios. En 2004, tras la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero, el descenso fue del 4,15%. Y en 2008, cuando el PSOE volvió a ser el más votado en las urnas, el selectivo perdió un 0,59%, la menor caída hasta el momento. 

A la bolsa, al parecer, le da igual el color del gobierno. Lo mismo ocurrió con las legislaturas del Partido Popular. En 2011 el triunfo de Mariano Rajoy provocó unas pérdidas en el Ibex-35 del 3,48%. Una de las conclusiones que se pueden sacar del comportamiento de los mercados es que la caída del índice es menor cuando se produce una reelección, como fue el caso de las jornadas post-electoral del año 2000 y del 2008.

También es cierto que tras elecciones de abril los mercados europeos vivieron una jornada relativamente favorable, lo que ayudó al indicador español. En general, los parqués del Viejo Continente cerraron al alza con pequeños avances, a excepción del PSI-20 de Lisboa, que perdió alrededor de medio punto porcentual. Así, el más rentable fue el Ftse Mib de Milán, que sumó un 0,23%, mientras que el Cac 40 francés se anotó un 0,21%, y el Dax alemán, alrededor de un 0,10%.