Crisis política en Barcelona por la retirada del lazo del Ayuntamiento
A pesar de las críticas de parte de la oposición, un gran lazo amarillo en apoyo a los políticos independentistas[…]
A pesar de las críticas de parte de la oposición, un gran lazo amarillo en apoyo a los políticos independentistas encarcelados colgaba del balcón del Ayuntamiento de Barcelona desde finales de diciembre, después de que la Junta Electoral ordenara retirarlo por el 21-D. Anteayer, el consistorio se vio obligado a esconderlo ante la protesta de manifestantes que marchaban por la unidad de España.
El domingo se vivieron escenas de tensión cuando un grupo desmontó vallas de seguridad para intentar descolgar la pancarta con el símbolo de los soberanistas, en los que un agente resultó herido. La retirada del lazo fue temporal y el consistorio lo repuso diez minutos después, cuando ya no quedaban manifestantes en Sant Jaume, pero el gesto generó muchas críticas de los independentistas. Lejos de sofocarse, la polémica siguió ayer y ha obligado al consistorio a convocar para este mediodía una Junta de Portavoces extraordinaria.
La reunión fue reclamada, de hecho, por los grupos del PDECat y ERC, que quieren explicaciones sobre el dispositivo de seguridad previsto y la retirada de la pancarta -cuya colocación en el balcón había sido aprobada en diciembre por la Junta-. La CUP también preguntó por ello y criticó la concentración españolista.
Si la retirada para atajar la protesta inicial indignó a unos, su recolocación poco después volvió a despertar las quejas de las formaciones constitucionalistas, que llevan meses exigiendo neutralidad al gobierno de Ada Colau ante el proceso soberanista.
«Un símbolo partidista»
La líder de Ciudadanos en Barcelona, Carina Mejías, avanzó que volverá a pedir la retirada del lazo del balcón institucional porque «es un símbolo partidista». «En una situación de fractura social como la que hoy sufre la sociedad catalana, Cs quiere evitar cualquier motivo para crear más tensión», insistió.
El PSC, por su parte, exigió a Colau «que blinde los espacios institucionales, como el balcón del Ayuntamiento, de símbolos partidistas». «Queremos un alcalde o alcaldesa que lo sea de todos, no solo de una parte de los barceloneses», sentenció.
Para Alberto Fernández, presidente municipal del PP, en el ámbito público el lazo amarillo «es una soga a la convivencia. Las calles y playas son de todos y Colau debe ser consciente que el Ayuntamiento debe presidir la neutralidad para que nadie se sienta violentado». Su formación critica la permisividad ante los símbolos independentistas en la vía pública.
A la espera de que la reunión de la Junta dé las respuestas pertinentes por la polémica, el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, dejó claro ayer que el lazo amarillo continuará en el balcón del consistorio porque expresa un rechazo a algo que no es cuestión de independentistas o no y que es «ampliamente compartido por los barceloneses».