¿Se podría repetir el batacazo que tumbó a las bolsas a finales del año pasado?
Justo por estas fechas, a finales de septiembre del año pasado, las bolsas mundiales comenzaron a mirar hacia el Sur,[…]
Justo por estas fechas, a finales de septiembre del año pasado, las bolsas mundiales comenzaron a mirar hacia el Sur, hacia el territorio de las pérdidas. Pocos inversores podían imaginar que lo que entonces se estaba cocinando era el comienzo de un doloroso rally bajista, que se tradujo en apenas un par de meses en caídas de doble dígito para los principales selectivos mundiales.
En esos escasos tres meses, las pérdidas del Ibex superaron el 12%, las del Dax el 16% y las del EuroStoxx600 el 14%. Pero la recogida de beneficios fue general, y por primera vez en muchos lustros, ninguna clase de activo arrojó números verdes. Es más, el principal índice europeo perdió casi 2 billones de euros de capitalización, una carnicería en toda regla de infausto recuerdo para los inversores
Por eso, a medida que se acerca el aniversario del batacazo, no está de más preguntarse si podría volver a suceder lo mismo este año. Lo cierto es que, a primera vista, las cosas no podrían ser más diferentes. El año pasado, la máxima preocupación era la llegada de una posible recesión y la ralentización del crecimiento global, pero este año no se espera que la recesión llegue a Estados Unidos y el Banco Central Europeo ya ha comenzado a desplegar sus medidas de estímulo para apoyar a la economía.
Ahora bien, los desastrosos datos macro que están saliendo en Alemania han encendido todas las alarmas, en especial tras saberse por el PMI de manufacturas que la actividad de las fábricas alemanas se está reduciendo al ritmo más rápido en una década, lo que deja a la industria alemana al borde del colapso. Y lo que es peor, con los efectos perniciosos que ello conlleva trasladándose ya al sector servicios. No en vano, si el próximo trimestre hay crecimiento negativo, Alemania entrará oficialmente en recesión.
La gravedad de los datos es tal que muchos se preguntar si, llegado el caso, los inversores no apostarán por las ventas, justo como sucedió en 2018, y reducirán a cenizas el rally del 19% que lleva en el año el EuroStoxx600 o el 16% que sube el Dax. Y de lo que más se duda es de la eficacia que pueden tener las medidas introducidas por el BCE para intentar apuntalar la recuperación.
Y es que a un Draghi ya de salida se le ve con poca pólvora en los cañones, por mucho que el mercado haya estado soportado hasta ahora en las expectativas de intervención de los bancos centrales. Además, que el rally se mantenga intacto (o no) va a depender de que las cosas no vayan a peor. Y podrían ir muy fácilmente, porque si hay un Brexit duro el próximo 31 de octubre, el impeachment' de Trump se complica o no se llega pronto a un acuerdo por la guerra comercial, la sangre sí que podría llegar al río.
"Nuestras preocupaciones han aumentado a medida que las acciones de la zona euro han tenido un rendimiento superior, lo que no es una combinación atractiva", dice a Bloomberg Lars Kreckel, estratega de renta variable global de Legal & General Investment Management. "El riesgo de recesión sigue siendo incómodamente alto para la zona euro", apunta este experto.
El caldo de cultivo es bastante propicio para una vuelta mayor del mercado. De hecho, Mario Draghi ha pedido a los gobiernos que se unan a los esfuerzos del BCE para apoyar la recuperación económica. Incluso los gestores de fondos encuestados por Bank of America ML consideran que sería más efectivo un programa de estímulos fiscales en Alemania que otra rebaja de tipos por parte de la Fed.
Pero Angela Merkel está convencida de que si algo sobra es el dinero y no está por la labor de gastar un céntimo de más. "Uno de los mayores riesgos para las acciones europeas es que los débiles datos de manufacturas no son suficientes para alentar una respuesta fiscal de Alemania", dice Edward Park, subdirector de inversiones de Brooks Macdonald. Por eso, en su opinión, este podría ser el facto que finalmente podría desatar la corrección de las bolsas. "Si este es el caso y los mercados temen una mayor desaceleración en la actividad comercial, el cuarto trimestre podría ser un desafío para los activos de riesgo europeos", añade Park.
Gráfico: Bloomberg