El BCE da soporte a la Bolsa y otorga potencial a la deuda privada
El primer efecto de las medidas de Draghi fue volátil, pero con un balance positivo, sobre todo en las acciones, incluidas las bancarias
Mario Draghi no decepcionó y en su penúltima reunión al frente del Banco Central Europeo lanzó una batería de medidas que fueron desde la rebaja del tipo de depósito hasta la reanudación del programa de compra de activos. Las políticas están diseñadas de tal forma que dejan margen para que su sucesora, Christine Lagarde, pueda ir algo más allá: el escalonamiento del tipo de depósito da lugar a un potencial recorte adicional (tal y como ya descuenta el mercado a día de hoy) y el volumen de las compras (20.000 millones de euros mensuales, en la parte baja de la horquilla que planteaban los analistas) hace posible su incremento. De hecho, Andrew Wilson, de Goldman Sachs AM, y Paul Diggle, de Aberdeen Standard Investments, anticipan que el Eurobanco podría tomar más medidas más adelante, siempre que la inflación y sus expectativas se mantengan bajas. Ello implica que el mercado puede seguir pidiéndole más a la política monetaria, aunque ésta se encuentra muy cerca del límite de sus fuerzas y tanto Draghi como Lagarde plantean que el protagonismo ha de pasar a la política fiscal o, al menos, que ésta última acompañe a las medidas de apoyo de los bancos centrales.
¿Qué hacer?
La reacción del mercado a las medidas de Draghi fue volátil y muy desigual, aunque el balance se puede calificar de positivo: las Bolsas subieron, sobre todo los bancos, y las primas de riesgo y los diferenciales de crédito se estrecharon. El BCE, una vez más, ha prestado una balsa a los inversores que durante el verano han tenido que nadar en aguas muy revueltas. Pero, ¿será duradero el efecto?, ¿hay que tomar más riesgo en las carteras?, ¿qué hacer en Bolsa, en renta fija y qué reacción puede tener el euro?
En su aproximación a la renta variable, los analistas no se ponen de acuerdo. Algunos consideran que los tiempos no son muy propicios para las acciones y que el BCE no aclara el panorama, mientras que hay quien opina que, al menos, la política monetaria da algo de soporte a las Bolsas.
Nuria Álvarez, de Renta 4, está entre las moderadamente pesimistas. Comenta que el mensaje subyacente de las palabras de Draghi es negativo: falta de visibilidad sobre la situación de la economía, que puede ser peor de la esperada. «Dadas las alturas a las que nos encontramos del año, es difícil ver ya un cambio de tendencia en los mercados. Es mejor que los inversores no confíen en que se va a producir», afirma Álvarez.
¿Aumentar banca y ciclo?
Jesús de Blas, de Bankoa Crédit Agricole, considera que las medidas del BCE han sido moderadas y que, con ello, ha logrado contentar a todo el mundo. Este experto temía que los anuncios del Eurobanco tuvieran un efecto negativo en la banca y que, por ello, el Ibex-35 no pudiera subir o que incluso pudiera caer más. A la vista del diseño de las políticas, que incluyen un escalonamiento del tipo de depósito para que su reducción no sea tan dañina para las entidades y una mejora de las normas de acceso a las subastas de liquidez, y de su suave impacto en el mercado, De Blas confía en que las Bolsas podrían recuperar algo más, siempre que haya buenas noticias respecto al Brexit y a la guerra comercial. «Quizás no haya que aumentar la exposición a la renta variable todavía, pero es posible que sí sea recomendable ir rotando de valores defensivos a cíclicos», afirma.
Nicolás López, de MG Valores, coincide con esta última visión, la de ir construyendo carteras más equilibradas en el caso de los ahorradores a más largo plazo. E, incluso, a los inversores más dinámicos les sugiere que tomen tácticamente posiciones en títulos cíclicos y bancos. Considera que el movimiento de los últimos días (avances bursátiles fruto de una rotación desde los valores más defensivos a los dinámicos) puede continuar. O, al menos, espera que no se amplíe el diferencial que aún juega a favor de las acciones más conservadoras y contra las más ligadas al crecimiento económico. «Espero un comportamiento más igualado entre acciones cíclicas y defensivas o un rebote más prolongado en los valores más castigados, incluidos los bancos», afirma Nicolás López. A favor de las acciones bancarias, Mondher Bettaieb, de Vontobel, argumenta que, gracias al sistema de 'tiering', de escalonamiento de la tasa de depósito, su beneficio neto no se verá tan afectado como se teme. Además, desde Crédit Suisse han detectado que las entidades están vendiendo bonos soberanos con plusvalías, lo que puede ayudar a que las curvas cojan pendiente.
Este reciente movimiento de mejor evolución de los valores cíclicos frente a los defensivos, afirma Jesús de Blas, ha sido posible gracias a un repunte de los intereses de los bonos, bajo el que subyace una mejora de las perspectivas económicas que favorece la distensión de la guerra comercial entre EE.UU. y China.
De hecho, Esty Dwek, de Natixis IM, comenta que si bien la política monetaria acomodaticia debería dar soporte a los activos de riesgo, ello, por sí mismo, no hará desaparecer la preocupación sobre el crecimiento económico y la incertidumbre comercial, por lo que buenas noticias de cualquiera de los dos frentes será bienvenida. Además, señala la necesidad de que haya crecimiento de los beneficios empresariales para que las Bolsas puedan continuar al alza. En este sentido, desde Allianz Global Investors, Ann-Katrin Petersen afirma: «La incipiente relajación de la política monetaria respalda en sí las clases de activos de riesgo. No obstante, aún queda por ver si esto basta para mejorar de manera duradera los ánimos de las Bolsas, por lo menos mientras siga sin observarse una reactivación de la economía y los beneficios». Por eso, aconseja, de momento, prudencia, además de una selección activa de valores, así como una amplia diversificación.
El caso de la renta fija
Los expertos de Unigestion consideran que la contundencia del movimiento del BCE_ha encarecido los activos seguros, mientras que ha favorecido que los de riesgo, como las acciones o el crédito, hayan aumentado su atractivo por valoración, incluso después del último rally, siempre que los indicadores económicos no hagan pensar en una inminente recesión.
Efectivamente, dentro del mundo de la renta fija, los expertos se inclinan por la privada. Rosie McMellin, de Fidelity International, afirma: «El paquete del BCE probablemente revitalizará la búsqueda de rendimientos y esperamos que los mercados de crédito se recuperen».
David Ardura, de Gesconsult, añade que a su favor juega el diferencial con el que cotiza sobre la deuda soberana y el soporte del Banco Central Europeo, pero advierte de que el deterioro de la situación económica es un riesgo, por lo que considera que hay que ser muy cuidadoso con la elección de nombres:_tienen que estar respaldados por una generación de caja recurrente y por una situación saneada de sus finanzas.
En cuanto a sectores, Ardura opina que el financiero tiene interés, sobre todo los tramos subordinados y los híbridos, que cotizan con diferenciales más amplios. En estas circunstancias, es fácil que repaguen las emisiones y se refinancien a tipos más bajos.
También se pueden buscar opciones fuera de la banca: los expertos de BofA Merrill Lynch opinan que los sectores más favorecidos por el nuevo programa de compra de activos del BCE pueden ser el automovilísico, el salud, medios e inmobiliario, porque han sido los que más emisiones han realizado el último año y el Eurobanco tendría que reequilibrar su balance a su favor y en contra, por ejemplo, de las 'utilities' que han emitido menos recientemente.
Los expertos de Natixis también defienden que la deuda privada estadounidense puede ser una buena opción: los tipos en Estados Unidos son más altos que en Europa.
Los analistas no descartan que aún pueda tener interés la deuda pública del Viejo Continente. Por ejemplo, Félix López, de Atl Capital, considera que si bien alguien que confíe en la continuación del ciclo económico puede invertir en crédito, quien sea negativo con las perspectivas de crecimiento podría comprar deuda soberana. En particular, Ardura cree que apostar por que la rentabilidad del bono alemán se vaya del -0,6% al -0,7% y, por tanto, por que el precio de los bonos suba, podría ser una opción, aunque «muy especulativa». Ve algo más clara otra posibilidad: la inversión en bonos italianos, que aún tienen una prima de riesgo relativamente elevada: «La deuda soberana con tipos positivos en estas circunstancias es un tesoro», afirma Ardura.
¿Y el euro?
Para Félix López, el mejor lugar en el que estar ahora dentro del universo de la renta fija es la emergente, aunque siempre con cuidado, dice Ardura, con la evolución del dólar: su apreciación le hace flaco favor y en los últimos tiempos el billete verde se ha apreciado con fuerza. La otra cara de la moneda es el debilitamiento del euro que Ranko Berich, de Monex Europe, no descarta que siga: ante la posibilidad de más medidas expansivas por parte del Eurobanco, el mercado puede anticiparse a ellas vendiendo euros. Barclays ha sido la primera entidad que ha anticipado la posibilidad de que el tipo de cambio llegue a la paridad el año que viene.
El testigo pasa a la Reserva Federal
Después de la importantísima cita con el Banco Central Europeo el pasado jueves, la próxima semana, el miércoles, el encuentro será con la Reserva Federal norteamericana. En la reunión de los principales banqueros centrales el pasado agosto, su presidente, Jerome Powell, dejó la puerta abierta a una nueva bajada de tipos de interés después de la que acometió a finales del mes de julio. «El mercado monetario estadounidense descuenta una segunda rebaja 'preventiva' del tipo de referencia de 25 puntos básicos con una probabilidad de en torno al 95%», explican desde Allianz Global Investors.
Desde esta firma recuerdan que, en el pasado, los recortes preventivos de los tipos de la Fed en un contexto económico no recesivo se han elevado a un máximo de 75 puntos básicos. Pese a todo, desde Allianz GI, apuestan por que continúe la apreciación del dólar y por las acciones americanas, que tienen menos volatilidad.