Bolsas: Vuelta al cole, ¿vuelta a la normalidad?

Los mercados financieros se han visto sacudidos en las últimas semanas por la escalada de la guerra comercial entre Estados[…]

Los mercados financieros se han visto sacudidos en las últimas semanas por la escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, debido a que ambos países impusieron aranceles en las importaciones. También resurgieron los riesgos idiosincráticos en países como Argentina, el parlamento del Reino Unido fue suspendido por el caos del Brexit e Italia vivió su propia crisis política, aunque parece que ya hay un gobierno a la vista. La búsqueda de seguridad por parte de los inversores empujó los yields de los bonos core a unos bajos niveles sin precedentes. Por primera vez en la historia el Bund alemán a 30 años alcanzó una rentabilidad negativa. La curva de rentabilidad Americana se invirtió por primera vez desde 2007, con una rentabilidad del bono a 2 años superior a la del bono a 10 años.

En opinión de los expertos de Amundi existen 3 factores principales detrás de la inestabilidad del verano, exp.

En primer lugar, a los mercados no les gusta ni la incertidumbre política ni la ambigüedad y ambas se han incrementado. Son evidentes los efectos colaterales del riesgo geopolítico en las perspectivas económicas. La preocupación por una recesión en EEUU es exagerada (no esperamos una recesión en los próximos 12 meses) y no deberíamos sobrestimar el papel de la inversión de la curva como presagio de recesión en una era de políticas monetarias poco convencionales.

En segundo lugar, el riesgo de que la guerra comercial se convierta en una guerra de divisas está creciendo, ya que tanto EEUU como China luchan por la hegemonía global.
El debilitamiento del yuan, que rompió la marca de 7,0 por primera vez desde la crisis de 2008, fue visto por el gobierno de EEUU como un intento de los chinos de manipular la divisa. Sin embargo, no compartimos la posición de que China manipulará su divisa de forma proactiva. Las autoridades solo están buscando estabilizar el tipo de cambio para contrarrestar los efectos negativos de los aranceles sobre la competitividad de las exportaciones chinas.

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En tercer lugar, las presiones políticas sobre los bancos centrales están aumentando. La Fed ha aplicado un recorte en los tipos de interés y ha puesto fin al endurecimiento cuantitativo. Pero la forma en la que Trump ha presionado a Jerome Powell para reducir los tipos de interés es un reto para la independencia de la Fed, y más aún teniendo en cuenta las elecciones presidenciales de 2020. 

¿Cuáles son las implicaciones de estos factores en las inversiones?

La caída de yields en bonos core es un reflejo de un escenario complejo. La narrativa parece estar cambiando desde «las malas noticias para la economía son buenas noticias para los activos de riesgo», fomentada por bancos centrales con políticas ultra dovish, a «las malas noticias pueden empezar a convertirse en malas noticias» con los mercados descontando desaceleración económica. Como resultado de esto, los mercados e incluso los políticos esperan que los bancos centrales intervengan de forma más agresiva, pero los mercados pueden haber ido muy lejos en su valoración de las acciones políticas ya que el crecimiento global podría ser mejor de lo esperado. 

En el corto plazo, las expectativas de una flexibilidad monetaria más agresiva podrían limitar la caída del mercado de renta variable en este contexto incierto. Los bancos centrales podrían ayudar a extender el ciclo, pero el impacto de estas nuevas medidas será menor que en el pasado si no están acompañadas de un apoyo fiscal consistente. Es una potencial buena noticia que Alemania podría estimular la economía para evitar una recesión. Pero estamos en una etapa muy temprana puesto que la cantidad es limitada y no está coordinada a nivel de la UE. Las valoraciones de las acciones se verán respaldadas por la baja rentabilidad de los bonos. Podríamos ver una estabilización en las próximas semanas debido al hecho de que las revisiones de los beneficios ya han sido masivas. Si los mercados de renta variable continúan debilitándose, esto podría ser una oportunidad táctica para aumentar exposición, pero en esta fase, con los efectos de las políticas de los bancos centrales desvaneciéndose, las perspectivas de ganancias serán los principales motores de los mercados, con los riesgos a la baja.

La búsqueda de rentabilidad continuará, beneficiando principalmente a los bonos investment grade de calidad y a la deuda emergente. Sin embargo, teniendo en cuenta el nivel ultra bajo de los yields de los bonos, la larga duración alcanzada en los principales índices de bonos y la escasa liquidez, los inversores deberían estar listos para enfrentar una mayor volatilidad. Un enfoque activo y diversificado que ponga a funcionar todos los niveles de renta fija (duración, divisas, curva y crédito) podría ayudar a añadir valor en este "desierto de yields" y evitar esta situación restrictiva. La evaluación de la liquidez también se está volviendo crucial, si las acciones de los bancos centrales fuesen decepcionantes, las áreas de menor liquidez pueden estar en mayor riesgo.
En resumen, el aumento de la volatilidad llevará a los inversores de nuevo al punto de partida, destacando una vez más la importancia de volver a lo esencial. Para proteger las carteras, los inversores podrán mitigar el riesgo adoptando las estrategias de cobertura adecuadas (oro, opciones y divisas) y también deberían considerar mantener una perspectiva positiva sobre la duración en EEUU como cobertura de los riesgos de mercado y liquidez.

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