La economía de Reino Unido paga en silencio el caos político
La fabricación y la contratación han disminuido en el último mes y el sector servicios ha perdido impulso
Mientras que los focos se centran en Boris Johnson y en sus declaraciones -el primer ministro británico ha asegurado preferir estar muerto en una zanja antes que pedir otra prórroga del Brexit- o en el movimiento en el Parlamento británico, donde este miércoles la oposición ha bloqueado la convocatoria de unas nuevas elecciones anticipadas, la economía del país sufre en silencio ante tal caos político.
Esta semana ha sido una de las peores del año para la nación. El lunes vieron la luz los resultados de un informe, al que ha tenido acceso Bloomberg, que asegura que la fabricación y la contratación han disminuido en el último mes y que incluso el sector servicios ha perdido impulso. Los consumidores se aprietan el cinturón, lo que perjudica aún más a la economía. Las cifras de la industria minorista muestran que las ventas cayeron en agosto respecto al año anterior, una tercera caída en cuatro meses.
A esto hay que sumarle que el mercado inmobiliario se ha estancado en la rutina. Los negocios también han caído en este sector y los compradores temen que la salida de la Unión Europea provoque un aumento en los precios.
Según el economista de Schroder Azad Zangana, en declaraciones recogidas por esta agencia, los hogares no recortaron sus gastos como se esperaba después del referéndum de la UE de 2016. "En cambio, ahorraron menos y "comieron en su búfer de seguridad", explica. "Ahora estamos en una situación en la que las tasas de ahorro están cerca de mínimos históricos -insiste- si no conseguimos un acuerdo y la libra cae nuevamente y la inflación se recupera, definitivamente entraremos en recesión".
Rumbo a la recesión
Reino Unido va rumbo a una recesión inminente. El segundo trimestre del año la economía se contrajo un 0,2% y se espera que el mes de julio tan solo haya crecido un 0,1% (este lunes se conocerán los resultados). Una lectura más débil podría impulsar a los economistas, que actualmente ven un repunte en el tercer trimestre a rebajar sus perspectivas, según aseguran los analistas Eddie Spence y David Goodman de Bloomberg.
Además, la confianza en los hogares lleva tiempo desmoronándose. Una encuesta realizada por el Banco de Inglaterra este viernes mostró que las expectativas de inflación para el próximo año se ubican en 3.3%, y más de la mitad de los británicos creen que Brexit provocaría un aumento en los precios. La inflación actualmente supera el 2%.
Prueba de que la atención está en el Parlamento y no en la economía son los movimientos de la libra de esta semana. El martes, la moneda cayó por debajo de los 1.20 dólares por primera vez desde 2017. En cambio, la aprobación del proyecto de ley de la oposición para que no se produzca una salida sin acuerdo le dio a la libra esterlina su mejor semana desde junio.
Dos noticias que ayudan a ver la luz
En medio de la penumbra, Reino Unido recibió dos noticias que podrían contribuir a la mejora de su economía. En primer lugar, el canciller de Hacienda, Sajid Javid, prometió el miércoles poner fin a una década de austeridad con el mayor impulso al gasto gubernamental en 15 años.
En segundo lugar, y ese mismo día, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, aseguró que la recesión económica sería menos grave de lo anteriormente estimado en caso de un Brexit sin pacto, debido a los preparativos adicionales que ha hecho el Gobierno. Aun así, el propio Banco de Inglaterra publicó un informe a principios de este mes en el que señalaba que la salida prevista del Reino Unido de la Unión Europea había reducido la productividad de la nación entre un 2% y un 5% desde el referéndum de 2016. Por ello, también indicó que los altos directivos de las empresas británicas se estaban preparando para el Brexit.
Aún así, en este momento, el crecimiento es escaso en el mejor de los casos. "Si observa la tendencia subyacente, nuestro juicio es que la economía está creciendo muy débilmente", indicó Carney. "Ligeramente positivo, pero cercano a cero", añadió.
Días difíciles para Boris Johnson
No solo ha sido una de las semanas más difíciles para Reino Unido, también BorisJohnson ha sufrido unos de los días más días duros desde llegó al número 10 de Downing Street. El Parlamento se rebeló el miércoles contra el conservador y tomó el control de la agenda para comenzar a tramitar una ley que bloquee la posibilidad de un Brexit sin previo acuerdo con Bruselas. Las elecciones parecían estar cerca, pero el primer ministro no obtuvo el respaldo de los dos tercios de la cámara para sacar adelante su propuesta de ir a las urnas el 15 de octubre. Solo consiguió 298 votos de los 434 necesarios.
En el caso de que hubieran convocado elecciones generales, el tiempo de maniobra hubiera sido mínimo. "Dejemos que esta ley sea aprobada -contra el Brexit duro- y reciba el asentimiento real", afirmó el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, en el Parlamento". Entonces respaldaremos unas elecciones, para que no nos estrellemos sin un acuerdo fuera de la Unión Europea", añadió.
El público británico ha estado expectante al drama político en la Cámara de los Comunes. Y, de forma paralela, y en segundo plano, los informes alertan sobre el coste económico de esta incertidumbre que rodea la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.