¿Conjura contra Europa?
Un sobrino estudia en Madrid una de esas dobles licenciaturas para empollones. En tercero hacen parte del curso en el[…]
Un sobrino estudia en Madrid una de esas dobles licenciaturas para empollones. En tercero hacen parte del curso en el extranjero. A él le ha tocado una universidad de Nueva Orleans. Aprovechando que está allá, el chaval se ha puesto a conocer Estados Unidos. A horas intempestivas, a veces me pita el guasap y me entra una foto suya en el Cañón del Colorado; o pelado de frío junto a la Cloud Gate, el nuevo símbolo de Chicago; o muy sonriente ante el legendario Golden Gate; o escacharrándose de risa ante un alarde kitsch de Las Vegas. Lo veo siempre tan contento y fascinado que me dije: «Este tío ya no va querer volver a España ni de coña, estará deseando quedarse a vivir allá». Error. Su inesperada conclusión es que en general se vive muchísimo mejor en Europa que en Estados Unidos, empezando por la manera de alimentarse («comen fatal, bueno, realmente no comen, devoran»); siguiendo por la vida callejera (allá son rehenes del coche y una polis paseable a la europea es excepcional) y acabando por una hiriente desigualdad social (véanse, por citar un solo ejemplo, las oleadas de personas sin techo en la tan venerada San Francisco, o los precios de la asistencia sanitaria).