Guerra y VOX

Nunca pude imaginarme la razón que, andando el tiempo, tendría Alfonso Guerra cuando a la llegada su partido al poder[…]

Nunca pude imaginarme la razón que, andando el tiempo, tendría Alfonso Guerra cuando a la llegada su partido al poder en 1982 dijo: «Vamos a dejar a España que no la va a conocer ni la madre que la parió». Tan no la conoce nadie, que no me conozco ni yo mismo. Aquí me tienen escribiendo un artículo en elogio de Guerra, con la de veces que me metí con el hermano de Mienmano. ¿Razón? Pues que si ni yo mismo me conozco elogiando a Guerra, nada digo del propio antiguo eterno número 2 del PSOE de Felipe González, del dueño de la Librería Antonio Machado, que, asolerado por los años como en barrica de roble, ha pasado directamente de «enfant terrible» a sentencioso y juicioso sabio de la democracia, un Séneca de lo que fue la socialdemocracia del PSOE. Al propio PSOE tampoco lo conoce ya ni el Suresnes que lo renovó. Se han hecho muchas diatribas sobre si ha perdido la O de Obrero y la E de Español. Ha habido algo más grave, por lo que a Guerra le ha hervido el agua del radiador y ha saltado: la S de Socialista es ahora la S de Sánchez, donde toda locura tiene su asiento y su radicalismo para adelantar a Podemos por la izquierda y a los separatistas catalanes por la bajada de pantalones.

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