La cuesta de enero de Keylor Navas
Querido por la afición madridista, el Bernabéu ya no observa periódicamente sus rezos lanzados al cielo, con los brazos levantados[…]
Querido por la afición madridista, el Bernabéu ya no observa periódicamente sus rezos lanzados al cielo, con los brazos levantados y sus rodillas clavadas en la hierba que ama, ese césped donde ha escrito las mejores páginas de su carrera. Keylor nunca pudo calibrar hace un lustro que saltaría del modesto Levante, donde ganaba doscientos mil euros anuales, a conquistar como guardameta titular del Real Madrid tres Champions consecutivas. Lopetegui alternó entre el costarricense y Courtois para conceder cancha a dos profesionales de alto nivel. El 31 de octubre todo comenzó a cambiar para el centroamericano. Solari impuso la vieja ley del fútbol. Eligió un cancerbero titular y otro suplente. A Navas le tocó el banquillo. Solo juega la Copa. Ha pasado al ostracismo. Las ofertas le acechan. Y el Real Madrid le ha pedido calma. Le recomienda que se reivindique después de los Reyes Magos en la Copa del Rey.