La memoria histórica del Rey

Malos tiempos corren cuando la proclamación de lo obvio se convierte en noticia y, a veces, en acto heroico. Los[…]

Malos tiempos corren cuando la proclamación de lo obvio se convierte en noticia y, a veces, en acto heroico. Los que corren en España. No sé ustedes, pero yo le vi ese convencimiento al Rey en su mensaje de Navidad. ¿Por qué se tuvo que morder la lengua, en la prudencia que es hábito del oficio, y no pronunciar la palabra «Cataluña»? No, por el gesto. Hasta por las nieves del tiempo que vemos cómo van plateando su sien y sobre todo su barba. Me conmovió esta Nochebuena el Rey con su mensaje por lo que, al hilo de sus palabras, se traslucía: su soledad. Ya estas cosas tan obvias sólo las dice el Rey; los partidos las callan por políticamente incorrectas o por pasteleo interesado para que quienes no las tienen en cuenta los sigan manteniendo en el poder... en el poder ir de vacaciones de gañote a Doñana y luego al palacio de La Mareta de Lanzarote. (Ir allí en estas fechas precisamente es una desfachatez: profanar el lugar donde murió tras una Nochevieja la abuela de nuestro Rey, la Condesa de Barcelona.)

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