El tiempo en la ventana

Aprovecha: esta noche tienes permiso para mentir; más aún, es imperativamente necesario que lo hagas, siempre que la mentira vaya[…]

Aprovecha: esta noche tienes permiso para mentir; más aún, es imperativamente necesario que lo hagas, siempre que la mentira vaya envuelta en el oropel sofisticado, tierno, sedoso, de la magia. Hoy las patrañas no sólo están permitidas sino aconsejadas, prescritas por la tradición para mantener intacta la dulce candidez de la infancia. Pocas leyendas hay más hermosas que la de esta deslumbrante madrugada en la que unos Reyes sobrenaturales cruzan el cielo del tiempo para colarse por tu ventana y atravesar el umbral de los sueños con un cargamento de esperanza. Conviértete en el demiurgo capaz de recrear aquella utopía fantástica que en tu niñez dibujaron tus padres alrededor de tu credulidad iluminada. Durante unas horas, esa efímera quimera aleteará en el esplendor de las cabalgatas, en el bullicio de las calles, en el silencio expectante de tu casa. Disfrútala como una bella comedia, como una delicada farsa, como una venial impostura capaz de despenalizar tu bondadoso abuso de confianza. Momento habrá para las verdades perturbadoras, para las revelaciones ásperas, para las evidencias incómodas, para las certezas ingratas; pero ahora puedes entregarte al embuste con la naturalidad liberadora de un político en campaña.

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