Bromas y bromazos
El humor es uno de los atributos de la inteligencia y en el mundo anglosajón constituye una tarjeta de presentación[…]
El humor es uno de los atributos de la inteligencia y en el mundo anglosajón constituye una tarjeta de presentación obligada, el aceite que engrasa las relaciones públicas. En Estados Unidos o Inglaterra resulta improbable que una alocución ante un auditorio arranque sin un guiño humorístico del orador. El sentido del humor sigue vigente en la Cámara de los Comunes, incluso en estas horas irascibles de la locomía del Brexit. Antaño, personajes como Churchill destacaron por sus invectivas envueltas en el animus iocandi. «Winston, estás borracho. Es más, diría que desagradablemente borracho», le espetó en 1946 en el Parlamento la corpulenta diputada laborista Bessie Braddock. Sir Winston replicó así: «Bessie, querida, eres fea. Es más, desagradablemente fea. Pero mañana yo estaré sobrio y tú seguirás siendo fea». Huelga decir que el chascarrillo no pasaría el corte en nuestros días de atosigante corrección política. Hoy Quevedo no podría escribir ni una línea.