Valls en el laberinto

Quede claro que, si yo fuese barcelonés y yo votase, votaría a Manuel Valls. No se cumple ninguna de ambas[…]

Quede claro que, si yo fuese barcelonés y yo votase, votaría a Manuel Valls. No se cumple ninguna de ambas condiciones. Pero eso nada cambia: Valls está a años luz de sus contrincantes. Del infantilismo trascendental de Colau como de la distopía racista de Torra. Valls es un convencional político europeo. Un hombre razonablemente culto y que, como primer ministro, sorteó con dignidad las dificultades bajo las cuales accedió al cargo en el peor momento de la Francia contemporánea. Quede claro que, si yo tuviera el hábito de votar, Ciudadanos sería la única marca que no me abochornaría. Personas como Inés Arrimadas han hecho un esfuerzo de valor e inteligencia al que aquí nos habíamos desacostumbrado: estábamos resignados a ver a los políticos como mala gente.

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