La «hormona del ejercicio», la última esperanza para frenar la progresión del alzhéimer

Si necesita un motivo más para apuntarse al gimnasio y cumplir con uno de los propósitos más clásicos de Año[…]

Si necesita un motivo más para apuntarse al gimnasio y cumplir con uno de los propósitos más clásicos de Año Nuevo, hágalo por su cerebro. Ya se sabe que el ejercicio físico reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, fortalece los huesos, reduce el estrés y también parece proteger el cerebro del alzhéimer. Investigaciones previas habían sugerido que el deporte mejora las habilidades cognitivas e incluso ralentiza la progresión de la demencia. Lo que aún no se conocía era el vínculo entre la actividad física y la enfermedad de Alzhéimer. La clave está en la hormona irisina y no solo en los beneficios cardiovasculares del ejercicio físico, según una investigación que se publica en la revista «Nature Medicine».

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