El amor imposible entre Charlton Heston y Carmen Sevilla: el día que la española le paró los pies al Cid americano
España fue durante siglos el Imperio donde no se ponía el sol, cuna de grandes héroes y de exploradores del[…]
España fue durante siglos el Imperio donde no se ponía el sol, cuna de grandes héroes y de exploradores del horizonte, dominador de los mares y de todo un continente. Cuando perdió el Imperio, únicamente le quedó el sol, lo que no es poca cosa. Sus envidiables condiciones meteorológicas y sus incentivos fiscales la convirtieron durante el franquismo en el Hollywood del Mediterráneo. Envidia de Europa, los estudios de cartón piedra erigidos por el judío Samuel Bronston prendieron un imperio cinematográfico en Las Rozas, pero bien podían ser, si querían, China -con una ajada Ava Gardner bajo la batuta inconclusa de Nicholas Ray en «55 días en Pekín»- o ese Egipto en el que uno de los fieles de Julio César fue el Cid, y Octavia, la María Magdalena sevillana.