¿Qué esconde la devaluación del yuán?
En teoría, el Banco Central Chino ha devaluado el yuán para responder a los últimos aranceles impuestos por el presidente[…]
En teoría, el Banco Central Chino ha devaluado el yuán para responder a los últimos aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Y con esta medida, parece que ha abierto la guerra de divisas. Una guerra que intentó dar sus primeros pasos la semana pasada cuando la Reserva Federal de Estados Unidos, la Fed, bajó el precio del dinero hasta situarlo en el nivel de entre el 2 y el 2,25%, algo que el propio Trump calificó de insuficiente.
En cualquier caso, todo gira en torno a la pérdida de poder que el dólar está sufriendo en las operaciones internacionales. Darío García, analista de XTB señala que "el mundo sabe que por ahora no es posible sustituir esta divisa por otras; Rusia, China y Europa no pueden competir, o bien porque sus monedas no tiene el suficiente peso a nivel mundial, o bien porque no son fácilmente convertibles. En el caso de Europa, donde el euro si podría ser sustituto, no es posible por la debilidad del mercado de Europa, una política de tipos bajos, o incluso 0%, no son factibles para soportar el peso de la economía mundial y por tanto competir con el dólar estadounidense".
De vuelta a la divisa china, Bart Hordijk, analista de Monex Europe, cree que esta decisión ha sido tomada con muchas reticencias por el banco central del país asiático (recordemos que un dólar se cambia ya a casi 7 yuanes) y traspasó la línea psicológica. Con ello se sitúa a niveles de 2008 a pesar de los serios intentos que tuvo lugar en años posteriores, como 2016 y 2018. Sin embargo, el experto cree que esta medida será limitada. Es decir, por un lado, el banco central demuestra que está listo para hacer "lo que sea necesario" contra los aranceles estadounidenses, a pesar de quedarse sin productos de exportación estadounidenses para aplicar aranceles adicionales, para combatir el impacto que las medidas estadounidenses están teniendo en una desaceleración de la economía china .Pero por otro lado, tendrá que vigilar las salidas las salidas de capital y las repercusiones políticas de un yuan más débil dan razones por lo que este debilitamiento será controlado por el Banco Central Chino y, además, no será abrupta.
Nick Wall, co-gestor del fondo Merian Strategic Absolute Return Bond insiste que la guerra comercial mete presión para abaratar las divisas, especialmente del lado de Estados Unidos. Una mayor fortaleza del dólar perjudica al resto del mundo que ha tomado mucho dinero prestado en la moneda de reserva: los riesgos de una mayor contracción del dólar y una mayor volatilidad cambiaria ahora son bastante altos.A lo que se une, que la fortaleza monetaria de China significaba que estaba importando parte de la deflación del resto del mundo. Esto pone aún más responsabilidad en la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) para facilitar la política de bajar el dólar.
Una de las principales quejas del Gobierno estadounidense en el marco del conflicto comercial es la denuncia de que Pekín supuestamente manipula su divisa para evitar que se aprecie en demasía y que, por tanto, sus exportaciones pierdan competitividad. Es decir, un yuan más débil significa que los productos chinos denominados en dólares son más baratos, algo que ayudaría a frenar el efecto negativo de los nuevos aranceles estadounidenses sobre su competitividad.
La labor del Banco Central Chino
Sin embargo, para los expertos consideran que este argumento es simplista, y recuerdan las inyecciones que acometió el BPC entre 2015 y 2016 para sostener la divisa. Y es que se está ignorando la historia financiera reciente de China y sus objetivos estratégicos a largo plazo. Primero, una moneda inestable puede conducir nuevamente a salidas de capital como en 2015-2016.
En segundo lugar, China está en medio de la apertura de sus mercados de bonos para inversores extranjeros a través del comercio en Hong Kong, con el objetivo de poner a disposición más fondos invertibles para la actividad económica en China. Una vez más, una moneda volátil no es compatible con este objetivo, mientras que la emisión de bonos extranjeros debería proporcionar un nivel de estabilidad, ya que absorbe la liquidez del dólar.
En tercer lugar, como lo demuestra la actual guerra comercial con los Estados Unidos, la economía china depende mucho del sector manufacturero que actualmente representa el 40% de su Producto Interno Bruto. La vulnerabilidad del sector manufacturero a los cambios en la demanda global es una de las razones por las que China quiere avanzar más hacia una economía basada en el consumidor. Es decir, que sea la demanda interna la que sostenga el crecimiento chino, algo de lo que se ha hablado en multitud de ocasiones y, aunque, implicaría que el crecimiento del país asiático se moderara, éste sería mucho más estable y consistente en el tiempo. Un yuan continuamente más débil erosiona esta transición porque mantiene la naturaleza competitiva de las exportaciones. Además, erosiona el poder adquisitivo de los consumidores chinos ya que muchos bienes de consumo de alta calidad continúan siendo importados.
Para evitar estas salidas de capital, el banco insiste en señalar que está comprometido con una moneda estable.