Para la mayor economía europea, el infierno son los otros
La mayor economía europea crece de manera ininterrumpida desde hace quince trimestres y su mercado laboral ostenta cifras récord, pero[…]
La mayor economía europea crece de manera ininterrumpida desde hace quince trimestres y su mercado laboral ostenta cifras récord, pero la posibilidad de una guerra comercial con EEUU y la incertidumbre en el sur de la UE están enturbiando sus perspectivas.
Desde el punto de vista interno, la situación roza lo impecable con una tasa de desempleo que cayó este mayo hasta el 5,1 %, su mínimo desde la reunificación del país, y la prolongada influencia positiva de la inversión de las empresas y del gasto de las familias, animado por la creación de empleo y las subidas de salarios y pensiones.
Pero después de que en los cuatro trimestres del año pasado el producto interior bruto (PIB) creciese de forma dinámica, entre el 0,6 y el 0,9 % con respecto el período anterior, entre enero y marzo de este año se frenó de forma significativa.
La Oficina Federal de Estadística (Destatis) informó de que el PIB creció en el primer trimestre un escaso 0,3 %, pillando con el pie cambiado a la mayoría de analistas, y explicó que esta desaceleración se debió en gran medida a la mala evolución del sector exterior.
Frente a la tónica de los últimos años, en los que Alemania ha acumulado un sólido superávit comercial -rozando el 9 %-, que incluso ha generado críticas en Bruselas y Washington, el sector exterior flojeó en el arranque del ejercicio.
Las exportaciones -un puntal tradicional de la economía alemana- se contrajeron un 1 % con respecto al trimestre previo, y las importaciones cedieron un 1,1 %, con lo que el aporte global del sector exterior al crecimiento del PIB fue un magro 0,1 %.
Los expertos ligan esta evolución del sector exterior a las incertidumbres sobre el comercio internacional que han desatado las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la imposición de las primeras medidas proteccionistas por parte de la mayor economía mundial.
Mañana concluye el plazo extra que Washington concedió a Europa para evitar que se le apliquen aranceles a su acero y aluminio, y Estados Unidos ha puesto además sobre la mesa la posibilidad de impuestos de aduanas para los coches europeos.
"Desde el exterior llegan cada vez más disonancias. La incertidumbre crece", aseguró esta semana el gerente de la Asociación de Cámaras de Industria y Comercio de Alemania (DIHK), Martin Wansleben.
Wansleben alertó sobre los riesgos que se ciernen sobre el sector exterior alemán al presentar una encuesta entre empresarios en la que la mayoría no contaban con exportar más al extranjero.
El estudio incluía una revisión a la baja de la previsión de crecimiento de la economía alemana para este año, del 2,7 % que estimó a finales del año pasado, a un 2,2 %.
La OCDE también rebajó su previsión de crecimiento de Alemania esta semana, del 2,4 al 2,1 %, y destacó la disminución de la "confianza" entre las empresas y el "gran riesgo" de la caída del comercio internacional.
Según sus previsiones, el intercambio mundial de bienes y servicios crecerá este año un 4,5 %, frente al 5 % del pasado, lastrando la actuación de Alemania, el tercer mayor exportador global por detrás tan sólo de China y Estados Unidos.
En este mismo sentido, los principales institutos económicos de Alemania ya advirtieron en abril de que el mayor factor de riesgo para el país eran los movimientos proteccionistas en las relaciones comerciales.
Argumentaron que en muchas empresas alemanas con vocación exportadora crece la incertidumbre por el curso de la política comercial del Gobierno estadounidense y mostraron su temor a que se desate una auténtica guerra comercial.
El presidente de la poderosa Federación de la Industria Alemania (BDI), Dieter Kempf, tildó en abril al creciente proteccionismo de "mayor riesgo coyuntural" para la economía alemana.
En esta misma línea se han pronunciado el consejo de expertos independientes del Gobierno alemán, los llamados "cinco sabios", y el Instituto de Economía Mundial de Kiel (IfW).