¿Cuánto dinero hay que ahorrar para hacer un fondo de emergencia?

Un fondo de emergencia, es un pilar básico en las finanzas personales de cualquier persona. La salud de tus finanzas, depende en gran medida de ello.

Si ahorras para aumentar tu seguridad financiera y después invertir tus ahorros para avanzar en tu libertad financiera, antes, tienes que haber creado un fondo de emergencia que te proteja ante un gasto imprevisto. Una hucha de la que tirar sin tener que deshacer la posición en alguna de tus inversiones o sin tener que endeudarte.

Pero muchas veces surgen dudas. ¿Cuánto hay que ahorrar para crear un fondo de emergencia? ¿Dónde tengo que guardar el dinero de mi fondo de emergencia?

Para calcular la cantidad adecuada a tu situación personal, lo primero que tienes que hacer, es echar un vistazo a tus gastos. ¿Qué no llevas una contabilidad de tus finanzas personales? Empieza por aquí. Te dejo una plantilla Excel gratuita para llevar tu contabilidad doméstica.

Si llevas una contabilidad de tu economía doméstica, sabrás con bastante precisión, cuales son tus gastos críticos mensuales y sus importes por termino medio. Para estimar el importe que debes guardar en tu fondo de emergencia personal, tienes que multiplicar por 6 esos gastos fijos mensuales.

Algunos asesores financieros hablan de un importe que cubra los gastos de entre 3 y 6 meses, pero yo siempre recomiendo un mínimo de 6 meses. ¿Qué gastos sumar?

Tienes que tener en cuenta el presupuesto medio destinado para pagar el alquiler o la cuota de la hipoteca, los gastos de comida, transporte o combustible. Los gastos de servicios básicos del hogar, como agua, luz, gas, internet y teléfono. Gastos de salud, si tienes por ejemplo un seguro médico privado, necesitas ir a un fisio con regularidad, etc. Y otros gastos básicos de carácter personal, que sean indispensables y que tendrías que pagar todos los meses, para mantener tus necesidades básicas cubiertas.

No tienes que sumar ni tener en cuenta, el presupuesto de tu economía familiar destinado a viajes y vacaciones, gastos de ocio y entretenimiento, compras de ropa no necesarias, las cenas en restaurantes, las cañitas con los amigos etc. Todo de aquello que puedas prescindir en caso de catástrofe financiera o un despido no previsto.

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