La crisis política española se une a la italiana y los mercados sufren
Los activos españoles habían sufrido un poco el contagio de la incertidumbre que venía de Italia, pero ahora tienen sus propios problemas. Los expertos continúan cautos tanto con la renta fija como con la variable españolas y con las del resto de Europa.
Los activos italianos, tanto las acciones como los bonos, han sufrido fuertes descensos a raíz de las negociaciones para la formación del Gobierno del Movimiento Cinco Estrellas y la Liga, sobre todo a partir de la filtración de un programa de gobierno que incluía la intención de diseñar un plan de salida del euro y la propuesta de que el BCE condonara los 250.000 millones de euros de deuda italiana que tiene en su balance. Esas ideas han desaparecido, pero se mantienen otras en materia fiscal que suponen un desafío a la UE. Así, el Ftse Mib de Milán ha corregido un 7,3% y el interés de los bonos italianos ha subido desde el 1,75% hasta el 2,40%. Ello ha tenido sus réplicas en el resto de la periferia europea.
Ahora España comienza a tener sus propios problemas: a raíz de la sentencia sobre Gürtel, el PSOE ha presentado una moción de censura y Ciudadanos ha pedido a Rajoy elecciones. Ello llevó al Ibex-35 a entrar rápidamente en pérdidas el viernes y a la prima de riesgo española a superar los 100 puntos básicos, nivel que no veía desde enero.
Si el foco de riesgo que supone Italia aún no estaba aclarado, porque, como señala Marián Fernández, de Andbank, queda por ver qué Gobierno se termina formando, quién ocupa el ministerio de Finanzas, qué primeros pasos empiezan a darse y cómo reacciona Europa, la incertidumbre política española puede complicar aún más las cosas, aunque con la gran diferencia de que en España, como destaca Gonzalo Sánchez, de Gesconsult, no hay ningún movimiento euroescéptico.
Hablando en primer lugar del impacto de la crisis italiana, aunque los diferenciales pueden parecer atractivos, ante la posibilidad de un Gobierno inestable en ese país que puede proferir comentarios anti-europeos y anunciar medidas económicas que pueden suponer un desafío a Bruselas, es mejor mantenerse a la espera si es que se quiere volver al mercado de deuda o aprovechar una aparente oportunidad. Bien es verdad que Borja Gómez, de Dunas Capital-Inverseguros, señala que puede haber momentos de distensión una vez se conozca la letra pequeña del programa económico. JP Morgan no descarta un escenario disruptivo que se lleve la prima de riesgo italiana a los 300 puntos. Pero Marián Fernández señala que lo más probable es que el nuevo ejecutivo italiano presente retos intermitentes a Europa, lo que puede llevar a repuntes puntuales del nerviosismo.
Con la unión del Cinco Estrellas y la Liga se hace realidad el escenario considerado de riesgo por los inversores, pero los analistas de Barclays confían en que el presidente Sergio Mattarella ocupe un papel protagonista para asegurar que Italia mantiene firme su compromiso con Europa. Así, Mattarella tiene poder de veto sobre medidas inconstitucionales o que pongan en riesgo la estabilidad financiera.
El contagio desde la deuda italiana al resto de la periferia ha sido limitado, y eso que ha circulado de nuevo el fantasma de la ruptura del euro. Los expertos no creen que la capacidad desestabilizadora de Italia vaya a ser muy importante en lo sucesivo. Alberto Chiandetti, de Fidelity International, sí ve la posibilidad de que la volatilidad italiana derive en movimientos en otros mercados de la periferia, aunque recuerda que ahora Europa cuenta con un esquema más fuerte para para actuar en caso de que arrancara una nueva crisis. Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum (afiliada a Natixis IM), recuerda que todas las cuestiones son específicas de Italia, por lo que no deberían afectar al resto de Europa. Lo lógico, por tanto, sería pensar que el potencial contagio desde España también tendría que ser pequeño, dado que no hay ningún partido que tenga planeado desafiar a Europa.
España y el 'efecto Macron'
Pero la posibilidad de que el Gobierno del PP caiga, la de que triunfe la moción de censura del PSOE o la de que haya elecciones anticipadas sí pueden por sus propios medios ampliar la prima de riesgo de España. Eso es lo que dicen los expertos. Antonio Aspas, de Buy & Hold, plantea la posibilidad de que aumente entre 50 y 100 puntos básicos, en función del escenario que se haga realidad y de lo que vayan diciendo las encuestas ante unos eventuales comicios adelantados y tomando como referencia lo que ha ocurrido en Italia. Nicolás López, de MG Valores, prevé un impacto más modesto: una ampliación de la prima de riesgo de entre 30 y 40 puntos básicos.
Tanto Gómez como Fernández han detectado que las rentabilidades de los bonos de la periferia y los diferenciales comenzaron a ampliarse antes de que saltaran el riesgo político italiano y, a continuación, el español. Y ambos lo atribuyen a lo que Gómez califica de «agotamiento del efecto Macron». Con la llegada del nuevo presidente francés, el mercado compró una mayor integración europea con unión bancaria, un ministro común de finanzas, un presupuesto común más importante... lo que restaba justificación a unos diferenciales amplios. La crisis política italiana ha dejado de manifiesto que en la deuda se había puesto en precio un escenario demasiado optimista. Y, bien por el endurecimiento de las posiciones de Alemania y los países del norte en su choque con los nuevos planteamientos de Italia, bien por el peligro que observa Waechter de que Italia se una a otros países como Polonia o Hungría, también con gobiernos populistas, existe el riesgo de que la construcción europea se debilite durante un largo periodo de tiempo.
La situación española, sin embargo, no contribuye a agravar ese escenario, puesto que, como ya señalaba Gonzalo Sánchez, en España no hay movimientos euroescépticos, y la mayor parte de los partidos alternativos al del Gobierno son ya conocidos por el mercado.
Que se haya desinflado el 'efecto Macron' lo que implica, para Gómez y para Fernández, es que las primas de riesgo, aunque se relajen cuando se despejen los riesgos políticos, no volverán a los mínimos más recientes, se quedarán en un punto intermedio, como apunta Gómez, entre los niveles más bajos de este año y los previos a la victoria de Macron. A la hora de aprovechar oportunidades, pues, no ha de hacerse con vistas a volver al nivel de partida, como también apunta Jesús de Blas, de Bankoa Crédit Agricole. Y, además, De Blas señala que para los particulares el margen de beneficio será mínimo, aunque pueda ser relevante para los institucionales.
¿Qué hacer con la Bolsa?
Nicolás López explica: «Con Italia se puede ser todo lo pesimista que se quiera. Si cumple su desafío y el déficit se va al 5% y al 6% y la deuda se desmanda, el canal del contagio será la banca, que es la que la tiene en su balance. Si Italia hace esto, igual otros países pueden plantear lo mismo». Aunque añade: «No vamos a llegar a tanto. Italia tendrá que ajustar su programa a los estándares europeos. El mercado se puede pasar de pesimista, las Bolsas pueden caer más y pueden surgir oportunidades». Por ahora, dice, la caída no ha sido suficiente como para hablar de eso: «En los 9.500 puntos sí tendría sentido hacerlo». De Blas añade que la situación de Italia es aún imprevisible: puede seguir el camino de Tsipras, el de Portugal o salirse por la tangente y las dudas pueden durar.
¿Puede bajar más el Ibex-35 ahora que la crisis política no está sólo fuera de España, sino dentro? Gonzalo Sánchez cree que el impacto de la crisis política doméstica va a ser limitado y de corto plazo dado que ninguno de los posibles escenarios es muy preocupante. Pero Aspas señala que si el mercado atisba un Gobierno de PSOE y Podemos se puede ver hasta un 10% de caída en el Ibex. López vería razonable un descenso de entre un 5% y un 7% bien desde los niveles en los que estaba antes de conocerse los acontecimientos, bien como diferencial respecto a otros indicadores europeos. Se trataría, dice López, de un ajuste a la nueva situación, que conlleva una prima de riesgo mayor.
Luis Lorenzo, de Dif Broker, ve una caída adicional y anticipa un verano difícil, no sólo por la política, sino por la pauta estacional. Y Ana Gómez, de Renta 4, cuenta que en su firma son partidarios de una posición defensiva o incluso de bajarla para tener liquidez y aprovechar repuntes de volatilidad que pueden venir por muchas razones, políticas o geopolíticas, y así poder comprar más barato más tarde.
El riesgo de contagio de Italia a través de la banca ha cotizado y se ha visto en caídas más importantes en sus acciones que en otras. Y así lo destaca De Blas: mientras el Ibex-35 está plano en el año, los bancos caen con fuerza. «Dan ganas de entrar en bancos», decía De Blas antes de que estallara el riesgo de que el Gobierno español pudiera saltar por los aires. A partir de ahora podrían sufrir más por cuestiones domésticas. López ya los vio débiles, además, antes de que saltaran sendas crisis políticas.
Felipe López, de Self Bank, cree que la incertidumbre política se traduce en dudas regulatorias, de manera que los sectores más sensibles a éstas, como los propios bancos o las 'utilities', podrían ser los más penalizados. Aunque advierte de que muchos inversores se pueden alejar de la Bolsa española en general hasta que vean más clara la situación.