Un empresario, ¿cuándo y cómo se jubila?
Los 65 años no son una fecha marcada en rojo en el calendario de un empresario. La jubilación no siempre[…]
Los 65 años no son una fecha marcada en rojo en el calendario de un empresario. La jubilación no siempre la marca la edad. Se trata de una decisión que implicará el futuro de toda una compañía, con lo que ello representa. ¿Cuál es el siguiente paso para su empresa tras la jubilación? No es fácil.
Muchos empresarios que crearon sus empresas en los 80 se encuentran que sus hijos no quieren ese trabajo, otros prevén futuros conflictos en la familia y prefieren preservar la armonía familiar. Otras veces son los hijos o la mujer del empresario quienes tienen conflictos con otros socios o el equipo directivo y el empresario, ya mayor, anticipa una explosión cuando él falte. Otros dilatan la sucesión hasta que es demasiado tarde y se encuentran con que tienen que malvender su empresa en un periodo recesivo.
Como en todo en la vida, la preparación es el 99 por ciento del éxito. Si el empresario ve que sus familiares no son idóneos para continuar el negocio debe ser proactivo en la búsqueda de un comprador. Tiene que preparar su jubilación. Es un error esperar que un comprador aparezca. No suele suceder y, cuando sucede, es muy raro que sea el más adecuado. Habitualmente es un buscador de chollos y será un negociador agresivo, ya que sabe que es la única alternativa para el propietario.
El peligro que tiene el empresario es que, según pasan los años, va perdiendo la fuerza y la ilusión y eso se contagia al resto de la organización. Dilatar la toma de decisión en su jubilación se traduce en su compañía como un deterioro porque el líder está menos involucrado, porque le falta la energía. Y los empleados sufren las consecuencias. Por ello, al igual que los futbolistas, los empresarios tiene que saber cuándo retirarse. La diferencia es que la retirada para el empresario no es inmediata, tiene que planificarla. Un proceso de venta profesional lleva tiempo y no hay nada más importante en la vida profesional de una empresa que su venta.
Su último reto es encontrar no sólo un comprador, sino aquel para quien más valor crea su empresa; presentar su mejor rostro; gestionar adecuadamente la comunicación, enmarcar la negociación en los aspectos de mayor valor y gozar de buenas alternativas con otros posibles compradores es decisivo para que la operación tenga el mayor éxito.