La Fed se toma un respiro al ceder el protagonismo a los estímulos fiscales
El banco central no adoptará decisiones relevantes ante los datos todavía robustos de la economía estadounidense
Tras la recarga de munición por parte del Banco Central Europeo (BCE), le toca al otro gran banco central.
Pero aquí las novedades que se esperan son más bien pocas. La Reserva Federal mantedrá un mensaje de apoyo a la economía en clara desaceleración por la segunda ola, pero con mejores perspectivas de lo que cabría que esperar y con la confianza de la llegada de las vacunas
Así, el anuncio de la Fed irá más encaminado a comunicar su hoja de ruta para el próximo año, antes que anuncios que sorprendan al mercado y para ello dará las perspectivas para los próximos tres meses.
Gilles Moëc, economista jefe de Axa Investment Managers, señala que el comunicado versará sobre la “continuación del apoyo fiscal de emergencia”, pero no habrá anuncios concretos.
Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía, cree que más importante que la adopción de nuevas medidas por parte de la Fed "sea la más que probable aprobación de un nuevo paquete de estímulos, por casi un billón de dólares" por parte del Gobierno.
Al respecto, Franck Dixmier, director de inversiones Global de Renta Fija de Allianz Global Investors, señala que la Fed debería fortalecer su orientación de la futura política monetaria condicionando su programa de compra de activos al logro de los objetivos de empleo e inflación.
La segunda ola todavía no ha superado el pico
La economía estadounidense necesita un mensaje claro sobre el compromiso de la Reserva Federal sobre más estímulos fiscales puesto que las medidas restrictivas adoptadas por un número creciente de los Estados sean demasiado recientes para frenar la pandemia.
La mejoría se comenzaría a mostrar en las últimas semanas de diciembre; al tiempo que la situación sanitaria se está volviendo grave en algunos de los puntos conflictivos de los EEUU donde la capacidad de atención médica está casi saturada.
El impacto de la segunda ola, por lo tanto, se materializará en el primer trimestre de 2021 en lugar del cuarto trimestre de 2020.
“Esto hace que la continuación del apoyo fiscal de emergencia sea aún más necesaria, pero en este frente el reciente estado de ánimo positivo todavía no se ha transformado en decisiones reales”, señala Möec.
De hecho, Del Pozo señala que buena "prueba de ello son los indicadores avanzados (ISM), que siguen sugiriendo actividad económica en términos positivos". Sin embargo, advierte que "preocupa" la creación de empleo.
En ese sentido, habrá que esperar un poco para ver cómo comienza la macro americana el año y las primeras medidas del nuevo presidente" ya que, "en función de eso, la Fed adaptará las nuevas medidas monetarias".
Pendientes del Gobierno
La semana pasada el presidente Trump firmó una extensión de 7 días de gastos, pero el progreso en el plan de estímulos sigue siendo difícil de alcanzar.
Para confundir aún más las cosas, el actual secretario del Tesoro, Mnuchin, apoyó un versión del paquete de estímulo que no incluye la continuación del beneficio de desempleo de emergencia federal - una línea roja para los demócratas.
“De momento, las preguntas persistentes sobre el plan de apoyo fiscal pueden ser una fuente de volatilidad en los mercados, pero la Fed probablemente limitaría cualquier aumento en la rentabilidad de la deuda soberana” explica Möec.
Cómo sorprendería la Fed y preocupación por el dólar
La única manera con la que sorprendería la Fed sería con una extensión de los plazos de la deuda, puesto que el ritmo de compras del banco americano se sitúa en los 80.000 millones de dólares en bonos del Tesoro y otros 40.000 millones de dólares. Pero los expertos consideran que no dispararía esa bala hasta no conocer cómo la segunda ola en la economía con total claridad.
En cuanto al dólar, el billete verde se debilitó frente a la mayoría de las monedas del G10 durante la noche tras las esperanzas de un nuevo acuerdo de estímulo en los Estados Unidos, haciendo la vista gorda ante las renovadas medidas de bloqueo a escala global.
Nueva York aún no se ha cerrado por completo, pero el alcalde de la ciudad no descarta tal eventualidad, advirtiendo contra una relajación de las medidas sanitarias a propósito de la recién comenzada aplicación de la vacuna.
Mientras tanto, un nuevo plan de estímulo bipartidista gana impulso en el parlamento, que separa los fondos de ayuda más apremiantes de los puntos más “conflictivos” del paquete como las protecciones de responsabilidad empresarial y las ayudas estatales.