El euro da continuidad a los temores que arrancaron en Alemania

El euro rompe su tendencia alcista en el segundo trimestre y profundiza en los malos presagios reportados en Alemania por la caída de la confianza empresarial

Los temores transmitidos por los empresarios alemanes a comienzos de semana empiezan a tomar forma en torno al euro.

La moneda comunitaria volvió a depreciarse este miércoles y se sitúa ya cerca de sus niveles más bajos del año. 

A finales de marzo, el euro llegó a tocar los 1,172 dólares. Entonces comenzó una tendencia alcista que se ha diluido en las últimas semanas. Ahora, los malos presagios ponen en jaque la moneda única de cara a los próximos meses.

Retorno a su nivel más bajo del año

La caída de la confianza empresarial en Alemania llevó al euro a su entorno más bajo desde marzo. 

Las cifras publicadas el lunes por el Instituto de Investigación Económica (IFO) alemán reflejan una caída del índice de confianza de los empresarios de nueve décimas. 

El dato es preocupante, pero lo es aún más el hecho de que el índice de expectativas se ralentizó en más de dos puntos en el último mes. 

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Un jarro de agua fría que confirmó el propio presidente del IFO, Clemens Fuest. “Fueron significativamente menos optimistas”, explicó el economista.

Tras la publicación de las cifras, el euro retornó a los niveles de marzo y se situó en los 1,172 dólares. El tímido repunte en la confianza de los consumidores de los Estados Unidos, conocido un día después, devolvió al euro el martes a los 1,182 dólares, pero las señales siguen transmitiendo cierta incomodidad en los mercados para el tercer trimestre.

En Francia, el índice de confianza del consumidor retrocedió en julio dos puntos, en una caída que Monex atribuye a “las preocupaciones sobre que se necesitará un nuevo endurecimiento” de los confinamientos.

La debilidad: los contagios y el BCE

La debilidad del euro responde al “actual entorno de riesgos” asociados al Covid-19, según explican los expertos de Monex. Y también a la “nueva guía de política más laxa del Banco Central Europeo”. 

El BCE revisó a comienzos de mes por primera vez desde 2003 su estrategia de política monetaria, dando un giro con el que permitirá que la inflación de la eurozona crezca por encima del objetivo del 2 por ciento. 

El foco también está en la Reserva Federal (Fed) estadounidense, que no ha movido ficha para cambiar la ruta trazada durante la pandemia.

Los tipos de interés del banco central siguen en el entorno del 0 y el 0,25 por ciento y, de momento, no se ha escuchado ni una palabra relativa a la retirada de estímulos. El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, en inglés) de la Fed volvió a reunirse este miércoles, sin aplicar cambios.

Sí admitió el organismo que dirige Jerome Powell que la Fed estaría “dispuesta a ajustar la orientación de la política monetaria” si surgen “riesgos que pudieran impedir el logro de las metas”. 

Las señales que continúa dando la inflación, con el índice de precios de consumo (IPC) más alto en los Estados Unidos de los últimos 13 años, no fueron suficientes para abrir el debate en el seno de la Fed, que votó por unanimidad la continuidad de su estrategia.

El euro: mal aspecto en el corto plazo

Este cúmulo de circunstancias amenaza con debilitar aún más al euro en las próximas semanas, por lo que podría marcar nuevos mínimos en 2021.

“Las crecientes divergencias en cuanto a los planes de normalización monetaria entre el BCE y la Fed se inclinan a favor de una mayor debilidad relativa del euro en el corto y medio plazo”, apuntan en Monex. 

“Los inversores son cautelosamente optimistas sobre el rendimiento en el tercer trimestre”, explican los analistas del departamento Bloomberg Economics tras una encuesta realizada entre inversores.

“Poco menos de la mitad espera rendimientos positivos a pesar de un año sólido”, detallan los expertos.

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