Es momento de adaptarse a un entorno de inversión diferente

Es improbable que lo que resultó acertado en el pasado funcione bien en el futuro

Los inversores han sido testigos los últimos diez años de la mayor racha alcista de la historia, impulsada por una política monetaria excepcionalmente expansiva. Quien compró y mantuvo el índice de acciones S&P 500 desde marzo de 2009 ha obtenido una rentabilidad anualizada de alrededor del 16%, favorecida por la reducción de impuestos y aumento de márgenes de beneficios hasta un máximo histórico del 11,7%. Además la volatilidad en bonos y materias primas ha sido menor baja. Está a punto de cambiar.

El crecimiento económico, particularmente en el mundo desarrollado, alcanzó máximos a finales de 2017 y será inexorablemente menor los próximos cinco años. El estímulo fiscal y monetario también será escaso. Es previsible mayores tasas impositivas y regulaciones más estrictas que afecten a los márgenes de beneficio. Además la deuda pública sigue en niveles récord, mientras los bancos centrales cuentan con menos armas monetarias a su disposición y algunos pueden verse obligados a reconsiderar los dogmas, con menos énfasis en la inflación. Adicionalmente el nacionalismo económico es un riesgo que amenaza la independencia de los bancos centrales y el comercio mundial. A ello se añade que la relación entre población edad no trabajadora y en edad de trabajar aumenta por primera vez desde la década de 1970, con disminución del ahorro y crecientes costes salariales. Así que los inversores tendrán que examinar con rigor sus carteras cara a los próximos cinco años. 

Los inversores tendrán que construir una cartera más diversificada

En cualquier caso hay que tener en cuenta que la cartera 50% deuda pública y 50% renta variable de mercados desarrollados ha generado históricamente una rentabilidad real del 5% anual difícilmente obtendrá rentabilidad positiva por encima de la inflación los próximos cinco años. Para superarla los inversores tendrán que construir una cartera más diversificada, con un peso mucho más importante de activos de mercados emergentes, oro, hedge funds y otros activos alternativos.

Momento para diversificar de la renta variable de EEUU

Ahora bien el mercado bursátil y moneda EEUU están caros, en un momento en que su exceso de crecimiento respecto al resto del mundo desarrollado disminuye, siendo previsible que sus acciones generen rentabilidades solo ligeramente superiores a la inflación los próximos cinco años. Así que es buen momento para diversificar, apartándose de renta variable de EEUU. La pregunta es ¿dónde?
La renta variable europea, tradicionalmente comodín, parece en una situación razonablemente buena. La euro zona, pese a los desafíos económicos de la región y riesgo de fragmentación política, puede resultar más estable de lo que la mayoría de inversores espera y ser fuente de sorpresas positivas. Sería un error descartarla. 

Los activos de mercados emergentes resultan atractivos

Además los activos de mercados emergentes resultan atractivos, especialmente de Asia. En concreto esperamos que acciones y bonos de China se revaloricen con las reformas económicas. Su crecimiento se ralentizará respecto al ritmo vertiginoso las últimas décadas, pero será de mejor calidad. Además Pekín necesita cada vez más atraer capital extranjero, en particular para compensar la reducción de ahorro de su población, que está envejeciendo. A ello se añade que a medida que los activos chinos se convierten en parte esencial de las carteras de inversión en todo el mundo la influencia internacional del renminbi crecerá inevitablemente.

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Sin embargo la deuda empresarial de mercados desarrollados parece especialmente vulnerable, con rentabilidades a vencimiento que siguen muy inferiores a la inflación y un apalancamiento empresarial en niveles récord. Así que los inversores deben asumir más riesgo para parte de su asignación a renta fija para generar rentabilidades positivas; lo que significa invertir más en deuda emergente. De hecho, estas divisas serán una importante fuente de exceso de rentabilidad, teniendo en cuenta que muchos activos tradicionales van a generar rentabilidades inferiores a la media los próximos cinco años. De hecho el dólar, sobrevalorado 15 a 20 %, irá devaluándose progresivamente frente a la mayoría de monedas.

Hedge funds, inmobiliario en Europa y oro

Además si, como esperamos, los mercados se vuelven más volátiles con las disputas comerciales y a la formulación de políticas monetarias poco ortodoxas, determinados hedge funds pueden proporcionar mejor rentabilidad/riesgo. También parecen atractivos algunos mercados inmobiliarios, especialmente en Europa, especialmente en comparación con EEUU y materias primas, especialmente oro, deben evolucionar positivamente. En cambio, será difícil que el capital privado genere rentabilidades similares a las de años anteriores.

El caso es que es improbable que lo que resultó acertado en el pasado funcione bien en el futuro. Es momento de adaptarse a un entorno de inversión diferente.

Artículo escrito por Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM.

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