La deuda de Grifols no reacciona a la inyección de GIC

La farmacéutica ha logrado la aprobación de los reguladores para su acuerdo con GIC, pero su perspectiva de deuda sigue siendo negativa.

Grifols ha logrado el aprobado de las autoridades regulatorias para que el fondo soberano de Singapur, GIC, inyecte 1.000 millones de dólares (884 millones de euros) para convertirse en inversor estratégico de Biomat USA, una filial estadounidense que hasta el momento estaba participada al 100 por cien por Grifols; pero la operación no parece tener el impacto esperado en la deuda de la farmacéutica.

Tal y como explicó Grifols en el anuncio de su acuerdo con el fondo singapurense, la empresa catalana destinará todos los fondos procedentes de la inversión de GIC para repagar una deuda que al cierre del primer semestre, cuando la compañía presentó sus últimas cuentas, ascendió hasta los 6.476 millones de euros, con una ratio deuda/ebitda de 4,9 veces.

Este ratio, no obstante, creció después de que Grifols recurriera a una emisión de bonos por 2.000 millones para financiar la operación de compra de la empresa alemana Biotest. El grupo se ha marcado como objetivo llegar a un ratio de 4,3 veces, en parte gracias a la inyección de GIP, el fondo soberano de Singapur, pero las perspectivas de que este objetivo se cumpla son lúgubres.

Grifols afirmó en su comunicado de emisión de nuevos bonos que prevé que su ratio de apalancamiento se sitúe por debajo de 3,5x en 2024, lo que implica que la farmacéutica "no espera realizar ninguna operación corporativa significativa ni pagar dividendos en efectivo" hasta entonces.

Para llegar hasta esta meta y desapalancar su posición, de acuerdo a los analistas, tendrá que sudar la gota gorda. Tanto Moody's como Standard & Poor's y Fitch han rebajado sus expectativas para Grifols, pese a que los bonos se mantienen estables en el mercado de deuda.

Impactos en los resultados de Grifols durante año y medio

Moody's recortó la calificación crediticia de la compañía el 23 de septiembre, pasando de B1 a Ba3, así como sus la de sus bonos, y además le confiere un pronóstico de evolución negativo.

Según los cálculos de la agencia de calificación crediticia, la adquisición de Biotest disparó el ratio de deuda/ebitda hasta las 6,8 veces a fecha de 30 de junio de 2021, en un contexto en el que espera que los efectos de la pandemia den continuidad a unos niveles de colección de plasma y donaciones bajos, que impactarán en la facturación y flujo de efectivo de Grifols "en los próximos 12 o 18 meses".

Moody's considera, por tanto, que Grifols "puede no ser capaz de reducir su apalancamiento por debajo de 6x en los próximos 12 o 18 meses, teniendo en cuenta los efectos de la pandemia, la necesidad de integrar las diversas compañías adquiridas y su estrategia activa de expandir su colección de plasma".

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S&P ofreció una perspectiva un poco más amable con Grifols, pero también pintó un escenario de alto endeudamiento para la empresa durante los próximos dos años, pese a incluir el estímulo de GIC en sus cálculos. "Consideramos que la transacción (por Biotest) es transformadora y agresiva desde un punto de vista de política financiera, dado que el apalancamiento ajustado probablemente permanecerá por encima de 5 veces en los próximos dos años", afirma la agencia.

En consecuencia, S&P redujo la calificación de Grifols de BB- a BB, indicando que el rendimiento operativo de la empresa continuará actuando bajo presión durante los próximos seis meses, sin márgenes de mejora significativos. S&P sí concede que la adquisición de Biotest mejorará los márgenes, la red de colección de centros de plasma, y la diversidad geográfica de la farmacéutica catalana, pero espera que estos factores se materialicen a partir de 2023.

Grifols continuará, por tanto, en un ratio de deuda/ebitda de 5,5 o 6 veces durante los próximos dos años, de acuerdo a S&P, que vuelve a fijar 2023 como año para que la empresa reduzca su ratio por debajo de las 5 veces.

Fitch, por último, siguió el camino marcado por las otras dos agencias y asignó por primera vez un rating BB- de grado especulativo a la deuda de Grifols, calificando como neutral el impacto de GIC sobre la misma, "dadas las características de sus términos contractuales, y la estructura senior de la deuda emitida".

Para la agencia, la tasa de apalancamiento se situará en un ratio de 5 veces en 2024, por encima del objetivo marcado por Grifols para volver a pagar dividendos a partir de ese año.

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