Leve ascenso del Ibex-35, que mide las opciones de la Fed y de la geopolítica
Telefónica y la banca frenaron al selectivo español, mientras sobre las Bolsas globales se cernían dudas respecto a los próximos movimientos de política monetaria y a la dimensión de los riesgos geopolíticos.
Jornada de ida y vuelta. El selectivo español arrancaba en rojo, pero a partir de las nueve y media de la mañana entró en positivo, para marcar máximos en los 9.300 puntos a las once y media y, a continuación, ir perdiendo paulatinamente posiciones. A las cinco de la tarde amenazó con entrar en rojo. Al cierre daba un último cambio en los 9.247,10 puntos, lo que supone un mínimo ascenso del 0,09%.
También el Ftse 100 británico y el Cac 40 francés terminaron el día prácticamente planos. El Ftse Mib de Milán fue el mejor, con una subida del 0,82%. El Dax alemán ganó un 0,44% y el PSI-20 de Lisboa, un 0,29%.
Contra el selectivo español pesó Telefónica, que fue el peor valor del día, con un descenso del 1,34%. También, parte de la banca: Bankia retrocedió un 0,91%, mientras que Bankinter se dejó un 0,83%. BBVA cedió casi medio punto porcentual y el Sabadell, alrededor de un 0,10%.
En verde, Ence encabezó los ascensos, con una revalorización del 4,77%. Después se colocó Mediaset, con una subida del 3,67%. ArcelorMittal ganó algo más de dos puntos porcentuales e IAG, casi ese 2%.
Los grandes valores que terminaron en verde se colocaron muy abajo en la tabla: Santander se anotó un 0,20%, Repsol, un 0,17%, mientras que Iberdrola avanzó un 0,11%.
En el Índice General de la Bolsa de Madrid, Berkeley fue el valor más rentable, con una subida del 14,32%. Y le siguió Vocento, con un avance del 8,24%. En rojo, el peor fue Vértice, que retrocedió un 10,42%.
La intrusión del selectivo español en números rojos a pocos minutos del cierre coincidió con la pérdida de fuerza sufrida por el Dow Jones, que había abierto en verde, pero que también amenazaba con las pérdidas a las cinco de la tarde.
El paro, la Fed y la geopolítica
Entre las referencias importantes de la sesión, la publicación en Estados Unidos de un dato de paro semanal peor de lo esperado por los analistas, lo que daba alas a pensar que la Reserva Federal norteamericana ganaba un argumento más a favor de un recorte de los tipos de interés. Pero, a continuación, Tom Porcelli, economista jefe de RBC, afirmaba que los mercados se equivocan si ponen en precio una bajada del precio del dinero ya en julio. Pero es que hay quien habla de reducción del precio oficial del dinero incluso antes del mes que viene. "El mercado ahora mismo está 'hiper-enfocado' en lo que va a hacer la Fed", afirmó en declaraciones a Bloomberg Shawn Cruz, de TD Ameritrade, que concluyó: "Los mercados están poniendo en precio una bajada de los tipos de interés la próxima semana. Si no tenemos eso, podríamos ver un recorte en la Bolsa". La reunión de la Fed tendrá lugar el próximo 19 de junio.
Se mira a la Fed como posible fuente de próximo alivio ante el crecimiento de las tensiones globales, desde las comerciales a las protestas en Hong Kong. Aunque el centro de atención del día estaba en la creciente tensión geopolítica en el estrecho de Ormuz, en Irán: dos petroleros con carga japonesa sufrieron un ataque en esas aguas por razones desconocidas. Ello, en un clima muy hostil de relaciones entre Trump y el Gobierno iraní. Estos acontecimientos dispararon el precio del petróleo. El barril de Brent, de referencia en Europa, avanzaba un 2,85%, hasta los 61,7 dólares. El de West Texas, de referencia en Estados Unidos, subía un 3,15%, hasta los 52,75 dólares. Se temen suspensiones de suministro. De todas formas, con estas fuertes subidas, la cotización de ambos crudos no recuperaba los niveles que perdió en la sesión de ayer con descensos de alrededor del 4%.
Subida de los refugios
El oro, por su parte, avanzaba un 0,45%, hasta los 1.340 dólares, máximos desde febrero. El precio de la onza está a punto de atacar el nivel de los 1.350 dólares, una cota que le ha sido imposible conquistar en los últimos cinco años.
Las incertidumbres cotizaron en el mercado de deuda como viene siendo habitual, con caídas de las rentabilidades de los bonos motivada por la compra de títulos por parte del dinero miedoso. El interés de los títulos americanos a diez años retrocedió desde el 2,12% hasta el 2,10%. Y el de sus comprables alemanes marcaba de nuevo el -0,25%.
La rentabilidad de los bonos españoles a diez años caía hasta el 0,54%, nuevo mínimo histórico.
También subían los refugios dentro del universo de las divisas: se apreciaban tanto el yen japonés como el franco suizo.
El euro, por su parte, se depreciaba un 0,10% frente al dólar, hasta el nivel de 1,1277 unidades.