Los bonos corporativos emergentes crecen a doble dígito
El mercado de bonos corporativos emergentes atrae a los inversores por su crecimiento, rendimiento y volúmenes de negociación
El mercado de bonos corporativos de los mercados emergentes creció a un ritmo anual del 11 por ciento en la última década, según los datos de Bank of America.
El crecimiento de mercado tiene una correlación directa con el rendimiento que están ofreciendo a los inversores y desde 2010 arrojan una rentabilidad anualizada del 5,8 por ciento.
Por tipos, los títulos con grado de inversión, conocidos como investment grade, lograron una rentabilidad en dólares del 5,9 por ciento en el mismo periodo, según los datos compilados por JP Morgan.
Su volumen supera en un tercio al mercado de bonos de alto rendimiento, conocidos como high-yield, de los Estados Unidos.
En total, este mercado ha crecido hasta generar bonos en circulación que superan todos los high-yield emitidos en euros.
El premio a las reformas estructurales
Su situación actual llega después de las profundas reformas económicas y estructurales de estos países y el Fondo Monetario Internacional estima que en los próximos años su contribución al PIB se asentará por encima del 50 por ciento.
De este modo, se convierten en una opción de inversión para acceder a los mercados emergentes y han encontrado en los inversores institucionales a su gran baluarte.
“Los bonos corporativos de mercados emergentes en moneda fuerte ya no son un nicho de mercado”, comenta el responsable de bonos de mercados emergentes y gestor de fondos de Credit Suisse, Gonzalo Borja.
Para Borja este es un gran motivo para que no falten en una “cartera global ampliamente diversificada” con unos vencimientos y una diversificación “que han contribuido de forma significativa a mitigar el riesgo”.
Prima de riesgo más elevada
Otro punto a favor, comparados con las emisiones de deuda de los países desarrollados, es el nivel de endeudamiento relativamente elevado de los países industrializados en relación con el PIB y las menores tasas de crecimiento hacen que las inversiones en los mercados emergentes sigan cobrando importancia.
Además, los bonos corporativos de mercados emergentes presentan una menor duración que los de los Estados Unidos y son generalmente menos sensibles a los cambios en los bonos soberanos estadounidenses sin riesgo, los bonos del Tesoro.
Credit Suisse apunta a que, dado que las inversiones en emergentes están asociadas a riesgos más altos que en industrializados, los bonos corporativos de los mercados emergentes ofrecen una prima de riesgo más elevada para tener en cuenta este riesgo. “Los inversores reciben así una compensación por el mayor riesgo que asumen”, explica Borja.
Con todo, para este gestor, por su rápido crecimiento y mayor aceptación, “se considera ya una clase de activos independiente y diversificada con gran potencial”, además de ofrecer un abanico de inversión más amplio debido a su diversificación por sectores, emisores y países con una duración sustancialmente menor.