El primer taxista que acepta bitcoins lanzará una app a lo Uber

En pleno confinamiento, cuando medio mundo batallaba contra el coronavirus y el otro medio se acostumbraba al teletrabajo, la distancia social, la tecnología y los pagos sin contacto, a Sergio Domínguez se le encendió la bombilla con los bitcoins. “¿Por qué nadie paga los taxis con criptomonedas?”, reflexionó.

Acostumbrado al mundo de la inversión en renta variable y la irrupción de los criptoactivos, este taxista madrileño no entendía el papel secundario del dinero digital en su negocio. Entonces fue cuando empezó a agitar su círculo más cercano en busca de respuestas.

“Hace muchos años que el bitcoin está en nuestras vidas, pero a raíz de la pandemia nos dio por pensar a muchos por qué no estaba incorporado en el taxi. Vimos el nicho de mercado y decidimos apostar por algo nuevo e innovador”, explica en el podcast ‘La mina’ de finanzas.com.

De esta forma, Domínguez se convirtió en el primer taxista que acepta bitcoins para pagar las carreras, como así lo certifica la pegatina que luce orgulloso en su taxi.

El origen de ‘Taxicoin’

La solución más sencilla para poner todo en marcha y hacer posibles los pagos pasó por el recurso a las grandes casas de intercambio. Teniendo cuenta en estos brokers “es muy fácil para los clientes transferir fondos de una billetera a otra y pagar el servicio”, apunta.

Los clientes que han pagado las carreras con bitcoins durante el primer año de funcionamiento se pueden contar con los dedos de una mano. Al final, todo tiene que ver con la propuesta de valor del bitcoin. Sus tenedores lo ven como un activo de inversión, no un medio de pago.

“Cuando digo a la gente que admito pago con bitcoins, me dicen que les ha costado mucho tenerlo y se muestran reacios", explica Domínguez.

Lejos de tirar la toalla, el taxista decidió dar un paso adelante y movilizó a tres socios para lanzar ‘Taxicoin’, la primera app que permitirá pagar los taxis con criptomonedas (también con efectivo) al estilo de Uber, Cabify o Freenow.

Ni siquiera la propia Uber, punta de lanza del sector, se ha atrevido a llegar tan lejos. Recientemente, la compañía dijo que aceptará criptomonedas en un futuro, sin dar más detalles concretos ni ofrecer compromisos tangibles. Una patada hacia delante.

A la conquista del mercado global con bitcoins

Por el contrario, Domínguez sí tiene muy clara su hoja de ruta. Su app se lanzará al mercado el próximo 1 de junio, tras una inversión de 400.000 euros que Domínguez ha cubierto con la participación de dos socios, uno de ellos un conocido exjugador de la liga ACB de baloncesto.

“Hay mucha gente detrás del proyecto, informáticos, desarrolladores y expertos en marketing. Yo he puesto la idea, la logística y los contactos con las empresas de taxis. Vamos a por todas”, asegura.

Tanto es así que la marca ‘Taxicoin’ ya está registrada en Bruselas, el nombre y el dominio, porque el mercado español se le queda pequeño a Domínguez. La idea es conseguir una expansión global.

“Imagina tener que coger un taxi en Nueva York y poder pagarlo con tu propia critptomoneda sin necesidad de cambiar dólares y evitando las comisiones”, explica.

Consciente de que todas las ideas con activos criptográficos deben tener un buen proyecto detrás, el círculo se cierra con el TXT, el token propio que emitirá la app y que servirá, entre otras cosas, para ofrecer recompensas por fidelidad a los clientes.

“Si sacas un token es algo que tiene un valor, que refleja que hay algo detrás, un proyecto tangible”, explica.

Un gremio en transformación

Una de las claves para que el proyecto gane altura serán los inversores y grupos de capital riesgo con los que Domínguez ya está teniendo contacto. La otra, los propios taxistas.

Convencerlos de que se registren en la aplicación será lo más complicado, el mundo ha cambiado mucho pero todavía hay una parte de los profesionales a los que les cuesta entender las ventajas de la aplicación, especialmente porque habrá unas comisiones que abonar.

Pero el gremio está en transformación y no ha dado la espalda a las nuevas tecnologías, por lo que Domínguez es optimista. “Estamos intentando reclutar los máximos compañeros posibles, todavía hay mucho trabajo por hacer”, apunta.

En un planeta conmocionado por los horrores de la guerra en Ucrania, Domínguez desea que el drama humanitario acabe cuanto antes, pero ni mucho menos tiene pensado dar marcha atrás por miedo a los tiempos duros que se avecinan.

“Las criptomonedas están aquí porque la gente ha querido, porque buscaban algo diferente al sistema financiero tradicional, es algo que va hacia delante”, reflexiona. Y ante la volatilidad del mercado recomienda calma. Todo acabará subiendo.

Tuvo muy buen ojo con ethereum, “la compré a 600 dólares cuando nadie apostaba por ella y es la criptomoneda con la que más he ganado”, confiesa. La misma intuición de emprendedor con la que espera el éxito de su nueva app.