El mantra de invertir en bolsa por obligación se desmorona
La obligación de invertir en bolsa, ante la falta de alternativas, se derrumba tras la oleada de ventas que ha dejado a todos los índices mundiales en rojo
Las últimas oleadas de ventas en bolsa provocadas por el miedo a un frenazo económico generado por la inflación y las políticas restrictivas de los bancos centrales han arrastrado a territorio negativo a los principales índices del Reino Unido, Brasil y España, los únicos mercados significativos del mundo que aguantaban en verde en lo que va de 2022.
En concreto, el selectivo IBEX 35 se deja ya más de un 7 por ciento en los primeros seis meses del año; mientras que el FTSE 100 británico cede un 4 por ciento y el Ibovespa brasileño recorta casi un dos por ciento.
Es cierto que se trata de caídas mucho más moderadas que el 20 por ciento que se desploma el S&P 500, el índice por excelencia de Wall Street; o el porcentaje similar que cede el Euro Stoxx 50, representativo de las principales compañías europeas.
Ningún índice relevante ofrece refugio a los inversores este 2022
Pero el movimiento sirve para dejar patente que ningún índice relevante ha sido capaz de ofrecer refugio a los inversores que hayan apostado por la renta variable este año.
Más bien al contrario, solo bolsas menores como la de Argentina, Chile, Colombia, Panamá, Portugal, Turquía, Túnez o Indonesia se mantienen en verde, pero lo cierto es que la inversión en ellas no suele ser signtificativa por parte de los inversores extranjeros.
De este modo, parece que se cae por su propio peso el mantra de que no hay alternativa a la renta variable (‘There is no alternative’ o TINA, según sus siglas en inglés) que han estado utilizando los profesionales de la inversión hasta hace nada para seguir defendiendo el interés de invertir en acciones (con respecto a los bonos, que también están provocando importantes minusvalías en las carteras de los inversores, este ejercicio).
Una reedición del nefasto año 2018 para los mercados de valores
Asimismo, va ganando fuerza la posibilidad de que 2022 se convierta en una reedición del nefasto año 2018, cuando prácticamente ningún activo ofreció protección a los inversores, pues todos los más importantes cerraron el año en pérdidas (el principal desencadenante, entonces, también fue el drenaje de liquidez por parte de la Reserva Federal estadounidense).
Pero, ¿qué es lo que ha provocado la reciente oleada de ventas? En concreto, los inversores están cada vez más preocupados por el efecto que la resistente inflación va a provocar en el crecimiento, máxime después de las acciones adoptadas por los bancos centrales para embridarla (la Fed acaba de subir los tipos de interés en 75 puntos básicos, en lo que constituye la subida más pronunciada desde 1994).
Y es que la inflación no tiene visos de suavizarse, con las tensiones geopolíticas sobre la guerra de Ucrania presionando los precios del gas y el resto de hidrocarburos al alza.
El selectivo IBEX 35 cae un 9 por ciento desde el 8 de junio
En este entorno, el selectivo español IBEX 35 cae un 9 por ciento desde el 8 de junio pasado, cuando comenzó a desplomarse prácticamente sin freno, al tiempo que los demás índices del mundo.
Un porcentaje similar se ha dejado el Ibovespa brasileño en un plazo parecido, desde el 2 de junio; mientras que el FTSE 100 británico, retrocede algo menos, un 7 por ciento.
Se trata de caídas similares al 9 por ciento que cede el S&P 500 estadounidense desde el 7 de junio y algo inferiores al 11 por ciento que retrocede el Euro Stoxx 50 europeo. Pero dejan de relieve que, esta vez, ni tan siquiera las bolsas que habían ejercido de refugio hasta ahora se han salvado de las ventas.
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