El Ibex-35 recupera los 9.800 que perdió en la primera sesión de marzo

El selectivo español ha logrado conquistar el nivel de los 9.800 puntos por la mínima y con la colaboración del grueso del indicador. Eso sí, la subida de la Bolsa española ha sido de las más modestas del Viejo Continente.

Tras una apertura un poco floja, el Ibex-35 pronto se atrevió a intentar el ataque de los 9.800 puntos. No los tuvo en la mano hasta el final de la jornada. Al cierre, el índice daba un último cambio en los 9.803,9 puntos, lo que supone un avance del 0,39%. El selectivo no se colocaba por encima de los 9.800 puntos desde el 28 de febrero. Llevaba intentando seriamente recuperar ese nivel desde el pasado lunes. 

Los analistas consideran que una vez superados los 9.800-9.860 puntos, el selectivo español podría tener camino libre hasta los 10.200 puntos. El índice no está por encima de los 10.000 puntos desde el pasado 5 de febrero. 

Al índice le fue posible recuperar los 9.800 puntos gracias a la contribución del grueso del Ibex-35, a excepción de una decena de valores. Entre ellos, el peor fue Cellnex, que retrocedió un 2,11%, seguido de Acciona, que perdió un 2,03%. Mientras, el Sabadell perdió un 1,41%. Otros bancos en rojo fueron BBVA y Bankinter, que se dejaron un 0,20% y un 0,07%, respectivamente. El resto de valores en negativo fueron Técnicas Reunidas, Aena, IAG e Indra. 

Merlín Properties no se sumó a los ascensos, porque terminó el día plano. 

En verde, Mediaset fue el mejor, con una subida del 2,79%. Después se colocaron Meliá, ArcelorMittal e Inditex, todos ellos con ganancias de más de un 2%. 

Pleno de subidas en Europa

Todos los índices europeos cerraron en verde. Así, el mejor fue el Dax alemán, que se anotó un 1,57%. El Ftse Mib de Milán se apuntó un 1,37%. El Cac 40 francés cerró con un ascenso del 0,76%. 

Se quedó atrás, precisamente, el Ibex-35, debido, posiblemente, a lo mucho que le impone el nivel de los 9.800 puntos.

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También ralentizado el Ftse 100 británico, cuyo avance estuvo en el entorno del que sumó el selectivo español. Quizás al indicador le penalizaron los datos de salarios, que crecieron en febrero en línea con la tasa de inflación y por encima de los niveles en que se prevé que se coloque en lo sucesivo este año, al tiempo que la tasa de paro baja desde el 4,3% hasta el 4,2%. Aunque es una buena noticia, porque implica que los hogares salen del ahogo en el que se encontraban desde hacía meses y ello implicará un impulso a la economía, también podría incrementar las tensiones inflacionistas y animar al Banco de Inglaterra a endurecer la política monetaria. 

Al resto de las Bolsas europeas no les hizo daño que la agenda económica de la zona euro no fuera muy positiva. De nuevo, el índice Zew, que mide la confianza económica en Alemania y en el conjunto de la zona euro, se deterioró más de lo esperado. Ésta es la senda que están siguiendo la mayoría de indicadores macro en casi todas las geografías en los últimos tiempos: los datos adelantados y de confianza están registrando una ralentización. El FMI, en sus previsiones de primavera, afirmó que la bonanza económica continuará a nivel global los dos próximos años, aunque advirtió de que las semillas del final de este ciclo alcista pueden haberse plantado ya. 

Pero esto sí influyó en el euro, que perdió posiciones frente al billete verde. Al cierre, la moneda comunitaria cedía cerca de un 0,3% respecto al dólar. Así, el tipo de cambio se situaba al cierre en el entorno de 1,2345 unidades. La agenda macro europea también tuvo su reflejo en los intereses de los bonos: los rendimientos de los títulos del conjunto de la zona euro retrocedieron, aunque muy moderadamente. 

Wall Street se apoya en los resultados

Si en la mayor parte de Europa, excepción hecha del propio Ibex-35 y del Ftse 100, los avances rondaron o superaron el punto porcentual, lo mismo ocurría en Wall Street coincidiendo con el cierre de los parqués europeos. Al otro lado del Atlántico, la agenda fue mixta. En el mercado inmobiliario, los permisos de construcción se colocaron por encima de lo esperado, pero no las construcciones iniciadas. En el sector manufacturero, la producción industrial se enfrió un poco en marzo respecto al mes anterior, pero, de todas maneras, superó expectativas, al igual que el grado de utilización de la capacidad instalada. 

Pero lo más importante en Wall Street vino de la mano de los resultados empresariales: las cuentas de Netflix, Johnson & Johnson y UnitedHealth cotizaron muy al alza en el mercado.

Por lo demás, también gustaron las noticias que llegaron de China. Por un lado, la agenda macroeconómica, con un crecimiento del PIB que cumplió las expectativas del mercado (6,8% interanual en el primer trimestre), con un avance de las ventas al por menor más potente de lo que se esperaba, aunque decepcionó un poco la producción industrial. Por otro lado, la promesa de Beijing a marcas como Ford que podrán competir en su territorio, lo que es coherente con el mensaje de la semana pasada del presidente Xi Jinping de que el gigante asiático quiere continuar con la liberalización de ciertas áreas de su economía. Aunque también responde al creciente proteccionismo de EE.UU., ya que, al tiempo que lanza ideas de apertura, estableció aranceles a las importaciones de sorgo estadounidense. La estrategia del palo y la zanahoria. Esto nos recuerda que la cuestión de la guerra comercial sigue activa. 

El barril de Brent, de referencia en Europa, cedía un 0,21% al cierre de la sesión, para colocarse en los 71,27 dólares. El de West Texas, de referencia en Estados Unidos, perdía un 0,65%, hasta los 65,79 dólares. 

El oro también bajaba: al cierre, perdía un 0,15%, hasta los 1.343 dólares la onza. 

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