La onda expansiva de Gamesa llega a Siemens AG con provisiones de 2.800M€
La caída de una Siemens Energy arrastrada por los problemas de Siemens Gamesa ya impacta en la matriz superior de ambas, Siemens AG
Los problemas de Siemens Gamesa comenzaron a rodar como una pequeña bola de nieve, cuesta abajo y sin frenos, allá por 2021, cuando la empresa española anunció el primero de sus cuatro profit warnings emitidos en el último año y medio.
Por el camino, estos problemas terminaron llevándose por delante a su matriz, Siemens Energy, a la que el pasado 9 de agosto obligó a emitir su propio profit warning para el ejercicio 2022, dados los "malos resultados de Siemens Gamesa, que tuvieron un impacto negativo" en los resultados generales de la empresa alemana.
Y ahora, esta bola de nieve convertida en avalancha también llega a Siemens AG.
El macroconglomerado que abarca y protege tanto a Siemens Energy como a Siemens Gamesa fue capaz de facturar 22.006 millones de euros durante los meses comprendidos entre abril y junio de 2022, pero terminó registrando unas pérdidas de 1.500 millones de euros.
El motivo de estas pérdidas, de acuerdo al comunicado publicado por la empresa durante la presentación de los resultados de su tercer trimestre fiscal, fue el cargo por deterioro de 2.800 millones de euros que Siemens AG tuvo que hacer ante la caída de Siemens Energy, que tan solo un mes después de lanzar su opa sobre Siemens Gamesa ya perdió 2.200 millones de euros en su capitalización de mercado.
A raíz de estas pérdidas causadas por el deterioro financiero en Siemens Energy, además, Siemens AG revisó a la baja sus previsiones de beneficios por acción (BPA) para 2022. Desde la horquilla de 8,7 a 9,10 euros calculada originalmente, las guías de la empresa se sitúan ahora en un rango de BPA entre los 5,33 y los 5,73 euros.
Siemens Gamesa obliga a Siemens AG a medir sus pasos en la opa
Siemens AG ya alertó al mercado durante julio sobre el cargo por deterioro que llevaría a cabo durante su presentación de resultados, alegando que, a un precio de cierre de las acciones de Siemens Energy que en ese momento era de 13,99 euros, "el valor de mercado de la inversión del 35 por ciento de Siemens AG en Siemens Energy es significativamente inferior al valor contable".
Esta caída en el valor de Siemens Energy, como ya se explicaba en finanzas.com, se produjo después de que los mercados pusieran en duda como podría hacer frente Energy a la operación, y obliga al grupo Siemens a decidir cómo afronta la operación de adquisición sobre Siemens Gamesa, planteada en un precio de 18,05 euros por acción.
O bien Siemens AG acude a la ampliación de capital prevista para que Siemens Energy pueda asumir el coste de la compra de Siemens Gamesa - con el consecuente desembolso en una empresa que ya capitalizó significativamente en el momento de su salida a bolsa -, o diluye su participación en la misma y pone en riesgo sus calificaciones de rating de deuda.
Y mientras decide qué opción puede ser menos perjudicial para sus intereses, ya está en su puerta la realidad de los problemas en el seno de la empresa española de energía renovable, con la que se fusionó en 2017.
Una realidad repleta de dificultades que, como ya se reveló en exclusiva por finanzas.com, parte de la propiedad española de Siemens Gamesa consideraba que podía atribuirse a la mala gestión llevada a cabo desde Alemania.
El mercado ignora los problemas en España
A pesar de una reacción bursátil inicial negativa al anuncio de pérdidas durante el tercer trimestre fiscal, Siemens AG cotizaba el 11 de agosto con ganancias del 1,34 por ciento que dejaban su precio en torno a los 110,4 euros -recortando así su caída desde inicios de año hasta el 28 por ciento-.
El motivo principal de este rebote parece apuntar a unos datos de facturación al alza, que hacen olvidar al mercado los problemas de Siemens Energy y Siemens Gamesa.
Así lo explicaba el Martin Wilkie, de Citi, que tachaba de "alentador" el buen comportamiento de los pedidos, y restaba importancia a los cargos por deterioro realizados para contrarrestar la bajada de Siemens Energy, argumentando que, sin ellos, las previsiones de BPA se mantendrían sin cambios.
Desde Banco Sabadell también señalaban que el efecto del deterioro de la inversión en Siemens Energy "ya era conocido" y que, en consecuencia, no debería preocupar a los inversores.
El músculo hipertrofiado de Siemens AG, por tanto, sigue escudándole de los contratiempos financieros provenientes de sus filiales. Desde Siemens Energy, eso sí, ya elevaron el nivel de exigencia sobre Siemens Gamesa, al reclamarles una conversión "rigurosa" que haga que deje atrás sus dificultades.
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