Al Banco de España se le acaba la paciencia

Al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, se le empieza agotar la paciencia. Ninguna caja de ahorros[…]

Al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, se le empieza agotar la paciencia. Ninguna caja de ahorros ni banco ha dado el menor paso para acogerse a las ayudas del Fondo para la Reestructuración y Ordenación del sector bancario (FROB) y, mientras tanto, la Xunta de Galicia negocia con el Ministerio de Economía sobre la Ley de Cajas de Ahorros aprobada por el parlamento gallego,  bloqueada por el Tribunal Constitucional ante el recurso del Gobierno. Sólo hay negociación política y el tiempo pasa sin que se afronten los principales problemas del sector financiero español.

Miguel Ángel Fernández Ordóñez piensa que no se puede esperar más y está decidido a mover ficha para provocar la reacción de las entidades. No quiere que acusen al Banco de España de estar propiciando una situación ficticia que desincentiva que bancos y cajas afronten sin más dilación la reestructuración del sector. Para empezar incrementará al 30% del valor las provisiones que haya que realizar para viviendas que lleven en cartera más de un año. En la situación actual, algunos bancos y cajas han manifestado públicamente que no tienen ningún interés en deshacerse de su amplia cartera de viviendas porque apenas tienen coste y prefieren esperar a que suban los precios en el sector inmobiliario.

Al Banco de España no le han gustado estas declaraciones porque no le gusta que los bancos mantengan en cartera más de lo debido sus numerosos activos inmobiliarios. Y por eso va a encarecer esa cartera para animar a su venta y, al tiempo, conseguir que la oferta inmobiliaria de precios se ajuste a la demanda.

Algunas cajas de ahorros pueden sufrir con la decisión del Banco de España. La iniciativa de Caja Madrid de colocar un "quiosco" de venta de pisos en sus más importantes sucursales se va a extender muy rápidamente.

No nos olvidemos de las cifras: los bancos y cajas tienen concedidos 320.000 millones de euros a promotores inmobiliarios, 90.000 millones a familias en hipotecas y una cantidad indeterminada, pero de valor cero, invertida en empresas constructoras de las que ha debido tomar el control para evitar un concurso que le habría hecho hacer provisiones millonarias contra los menguantes resultados. Esta es la situación y el ambiente en el que nadie se mueve ni parece inquietarse a la espera de una "milagrosa" recuperación económica que nunca podrá llegar con cuatro millones de parados. Por lo pronto, el Banco de España mueve ficha.

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