Argentina pagará su deuda "cuando crezca"

El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, que asumirá formalmente el cargo el 10 de diciembre próximo, dijo este jueves[…]

El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, que asumirá formalmente el cargo el 10 de diciembre próximo, dijo este jueves que su Gobierno pagará la "delirante" deuda pública que deja su antecesor, Mauricio Macri, pero el día en que el país, en recesión desde abril de 2018, haya logrado crecer.

"Vamos a pagar el día que hayamos crecido, hayamos producido más y hayamos exportado más y hayamos conseguido los dólares con los que tengamos que pagar nuestras deudas. Así va a ser esta vez. Y no me voy a dejar convencer con ningún canto de sirena, porque los cantos de sirena nos dejaron en el fondo del mar", expresó el líder peronista en la conferencia anual de la Unión Industrial Argentina (UIA), en Buenos Aires.

Una alta deuda

Según datos del Gobierno saliente, Argentina acumula una deuda pública de 314.315 millones de dólares, de los que casi 44.000 corresponden al préstamo de 56.300 millones aprobado el año pasado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El nuevo gobierno peronista deberá estudiar cómo pagar ese el alto endeudamiento al toparse con próximos vencimientos que se tornan difíciles de asumir.

Fernández, cuya vicepresidenta será la ex jefa de Estado Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) reafirmó, ante empresarios industriales y otros representantes económicos y sociales que no quiere pedir "quitas" de deuda a nadie ni dejar de pagar lo que Argentina debe, pero aclaro que esta vez no la van a pagar los que menos tienen, los que producen y los que dan empleo.

"No vamos a dejar que las obligaciones externas, que son muchas, y que han sido acordadas de un modo delirante, porque pidieron mucha plata a pagar muy rápidamente, no vamos a dejar que esa realidad se lleve puesta a la industria, al trabajo y genere más pobreza y desocupación", dijo el nuevo mandatario, que venció a Macri en las elecciones del 27 de octubre pasado.

Para quien fuera jefe de Gabinete de ministros de los Ejecutivos de Cristina Fernández y del fallecido esposo de esta, Néstor Kirchner (2003-2007), esta "terrible y ridícula deuda" la tomó "un gobierno democrático", en referencia al de Macri, pero agregó que "el resto del mundo" no tiene la culpa de lo que eligen los argentinos.

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La "especulación financiera"

En un documento emitido por la Jefatura de Gabinete de Macri, el actual Ejecutivo aseguró que debió pedir prestado porque heredó un "déficit enorme" y habían quedado "muchas cuentas sin pagar del Gobierno anterior".

"Dos de cada tres dólares que tomamos de deuda fueron para mejorar los plazos o las condiciones de deudas de deudas viejas o también para cambiar los acreedores", añadía ese texto, divulgado a principios de noviembre.

Pero para Fernández, el mandato de Macri fueron cuatro años de "especulación financiera".

"En el mundo de los especuladores ganan muy pocos, los que especulan, y pierden los mejores, los que arriesgan y trabajan, y esa es la peor sociedad", dijo.

"Ni los bancos salieron favorecidos, porque los bancos dejaron de ser bancos, los obligaron a ser otra cosa. Quiero bancos y banqueros que trabajen de banqueros. Que tomen ahorro público y presten a tasas razonables dinero para que alguien produzca o alguien consuma. Hay que revivir el consumo", destacó.

El presidente electo opinó que solo queda mejorar y velar por mejoras para todos, no para los que especulan, "los que cambian todos los días pesos por dolares según convenga y los guardan hasta el próximo día que vuelven a hacer otra timba financiera".

"Quiero empresarios que invierten en maquinas, que levantan fabricas y dan trabajo. Esos hicieron la Argentina grande. esos hicieron el país. Y en los tiempos que vivimos nadie puede dudar de la importancia de la industria", remarcó.

Un trabajo en conjunto

Fernández, que definió el desarrollo de la industria y la generación de trabajo como una "política de estado", recordó su plan de crear un Consejo Económico y Social en el que representantes de diversos sectores debatan sobre el futuro del país.

"De lo que se trata es de volver a ponernos de pie y que lo hagamos juntos, no por imposición de un presidente, no a los latigazos de un presidente, con certeza de todos", subrayó.

Al defender el desarrollo de la industria nacional y las complejidades del mundo actual, el peronista aclaró que no piensa "vivir a puertas cerradas" o "parar importaciones".

"Pero que todos entiendan que no voy a traer camisetas de China, zapatos de Brasil o bicicletas de Corea para que nuestros productores sigan cayéndose. No lo voy a hacer. No lo vamos a hacer. Y eso no es una economía cerrada, eso es ser inteligentes", enfatizó.

"Tranquilos, el futuro que viene es un futuro sin diferencias. No vamos a estar más de un lado y del otro, vamos a estar todos juntos tirando la soga para el mismo lado", concluyó.

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