Bankia se emplea a fondo en Wall Street para calmar el miedo a Podemos
Desde que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias anunciaran hace una semana un acuerdo exprés para formar un gobierno de coalición,[…]
Desde que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias anunciaran hace una semana un acuerdo exprés para formar un gobierno de coalición, la tormenta perfecta se ha desatado sobre Bankia. La entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri, además de poder sufrir subidas de impuestos como otros valores del sector, se convertiría en banco público, con unos objetivos distintos a los del actual equipo ejecutivo si Unidas-Podemos impusiera su programa, informa Economía Digital.
En este agradable contexto, el banco español tuvo que hacer las Américas la semana pasada. Tal como adelantó este medio, el acuerdo de coalición entre PSOE y Podemos se produjo a pocas horas de un road show de dos días de Bankia en Wall Street para presentar sus resultados, que mantuvo, pero que se convirtió en un continuado interrogatorio a Leopoldo Alvear, su director financiero, y al director de relación con inversores y rating, Íñigo Velázquez, sobre la situación política española. "Muchas de las preguntas abordaron de una forma o de otra este tema", explican fuentes del mercado.
Bankia, que ya tiene ensayado el discurso desde el pasado mes de julio, cuando se produjo el primer amago de acuerdo entre socialistas y podemitas, defendió que los diferentes gobiernos que ha tenido España siempre han apoyado la gestión independiente y profesional de Bankia; dejando entrever que esa debería ser la línea que también se debería mantener ahora.
Para reforzar el argumentario de Bankia ante los inversores de Wall Street, desde Ferraz colaboraron al ascender a Nadia Calviño a vicepresidenta económica y darle voz cantante en esta materia (la privatización depende del FROB y del Ministerio de Economía). Y Unidas-Podemos, en este sentido, está cumpliendo con su compromiso de "lealtad", porque ha dejado de atacar al equipo ejecutivo del banco, moderando su discurso contra su presidente y aparcando, al menos por ahora, la exigencia de que se paralice la privatización.
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