China. Motivos para volver a confiar en su mercado
Ser el primer país que ha ‘vencido’ al coronavirus ha generado el interés de los inversores por China, cuyo mercado de valores está experimentando un buen comportamiento. Pero, ¿cuáles son los motivos para seguir confiando en la economía del gigante asiático?
Mañana se publica el dato del PIB de China que dará a conocer cómo se está recuperando la segunda economía más grande del mundo tras el frenazo producido por el Covid-19. El mejor comportamiento de su bolsa y su vuelta a la actividad laboral, a la producción y al consumo son indicios claros de su recuperación y responden a por qué, según los expertos, hay que seguir apostando por China.
Está en mejor forma
China es, por ahora, el único país que ha logrado vencer al Covid-19 y gestionar la crisis con éxito. Contuvo la epidemia en la provincia de Hubei, salvando de la pandemia a ciudadanos de grandes urbes como Shanghái, Pekín, Guangzhou y Shenzhen.
La respuesta del Gobierno chino fue “rápida, decisiva y eficaz, en contraste con la vacilación de los gobiernos de otros lugares”, apunta Nick Yeo, director and head of Equities en Aberdeen Standard Investments.
Su determinación ha dejado a China en una situación mejor que la del resto del mundo. Además, el Banco Popular de China (BPoC) ha dado prioridad a la gestión oportuna de la liquidez frente a un importante recorte de los tipos de interés, utilizando medidas selectivas como las exenciones fiscales para apoyar a los sectores más afectados.
Este enfoque ayuda a explicar la mejor rentabilidad, en términos relativos, registrada por el MSCI China A Onshore Index, que cayó un 13,35% desde principios del año hasta el 23 de marzo, frente al descenso del 30,43% del S&P500 y el del 35,05% del MSCI Europe.
Además, en medio de la guerra de precios del petróleo, hay que señalar que el sector de la energía representa sólo el 1,5% del MSCI China A Onshore.
En otras palabras, según Nick Yeo: “El mercado de acciones chinas clase A está menos expuesto al petróleo y es menos arriesgado que otros".
Vuelta al trabajo
Otra baza a su favor es que los chinos están volviendo al trabajo cuando otros países están cerrando la actividad económica y declarando estados de emergencia.
En marzo, el presidente Xi Jinping visitó Wuhan en la provincia de Hubei, el epicentro de lo que se convertiría en una pandemia mundial, para alentar a los trabajadores migrantes a volver a trabajar. Gradualmente las autoridades han levantado el bloqueo en Hubei.
Una vez que las fábricas de China han comenzado a reanudar la producción y que los trabajadores migrantes han regresado a sus trabajos cotidianos, los niveles de actividad logística, que indican el movimiento de mercancías en la economía, están aumentando y la población ha vuelto a consumir.
“Esto subraya cómo la rapidez de las acciones de los líderes chinos ha permitido a la nación volver a ponerse en pie rápidamente”, afirma Nick Yeo.
Estímulos
China fue rápida ante las posibles consecuencias económicas que podía generarle la pandemia y respondió después del Año Nuevo Lunar con una inyección de liquidez en el sistema bancario, que ha ayudado a respaldar los volúmenes del mercado y la participación de los inversores minoristas.
A lo que hay que sumar que el Banco Popular de China ha facilitado el acceso al crédito reduciendo la cantidad de efectivo que los bancos necesitan atesorar como reservas.
China aún no ha desplegado todo su poderío fiscal y monetario. Conserva munición
Se trata de una medida continuista del enfoque selectivo de China en materia de estímulos y según el experto de Aberdeen Standard Investments, "los inversores pueden esperar más medidas fiscales y administrativas para apoyar la reanudación de las operaciones cotidianas como son los recortes y las exenciones fiscales y préstamos de bajo coste”.
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Hasta la fecha, la respuesta del PBoC ha sido menos agresiva que la de otros bancos centrales mundiales, que han actuado para estabilizar los mercados, pero que se están quedando sin artillería monetaria convencional.
“China aún no ha desplegado todo su poderío fiscal y monetario. Conserva munición”, apunta Yeo.
Relativamente aislados
Al ritmo que han ido evolucionando las necesidades de la población de China, los encargados de formular políticas han pasado de dar prioridad al crecimiento económico a toda costa mediante la fabricación industrial y las exportaciones, a impulsar una expansión autosuficiente mediante el consumo interno y los servicios. Estos últimos representan más del 50% del crecimiento del PIB de China en la actualidad.
Su economía está impulsada por una población cada vez más rica y un enorme mercado interno. Aquí es donde los inversores pueden anticipar un crecimiento estructural continuo.
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Los clientes y las cadenas de suministro de las empresas tienen su sede mayoritariamente en China, por lo que gran parte de sus ingresos y costes están denominados en renminbis, la moneda de curso legal de la República Popular China.
Por ello, según Nick Yeo, "dependen más de la demanda interna que de la externa, lo que apunta a la sostenibilidad del crecimiento de los beneficios empresariales". Esto las deja relativamente aisladas en los períodos de recesión economica que afectan a otros países, como el actual.
Consumo premium
China es hoy la segunda economía más grande del mundo y el aumento de su riqueza y del nivel de vida de sus ciudadanos significa que el país se está moviendo rápidamente hacia bienes y servicios de mayor valor.
La clave, en opinión de Nick Yeo, “es identificar empresas que puedan aprovechar los crecientes ingresos disponibles de los hogares".
Los 380 millones de milenials de China están ganando y gastando más que sus padres.
Este aumento del poder adquisitivo está impulsando la demanda de productos y servicios que van desde electrodomésticos a automóviles, pasando por licores de alta gama y seguros, por lo que, según Yeo, "los inversores deberían centrarse en lo que demandan los consumidores que poseen mayor riqueza".