Cumbre europea: aprobado raspado

Ni tan frustrante como se esperaba, ni tan decisiva como se deseaba. Los jefes de gobierno de los países de[…]

Ni tan frustrante como se esperaba, ni tan decisiva como se deseaba. Los jefes de gobierno de los países de la Unión Europea lograron un aprobado raspado en este expectante examen que ha constituido una cumbre que debería asegurar el futuro de la Unión Monetaria. Wall Street pareció, incluso darle un notable a juzgar por la positiva reacción del mercado a medida que se fueron conociendo los acuerdos adoptados.

De los cinco grandes acuerdos que se esperaban, la cumbre ha sacado adelante el de la recapitalización de los grandes bancos europeos al acordar un reforzamiento de sus fondos propios de aquí a julio de 2012 del 9 por ciento. Tal reforzamiento debería permitirles hacer frente a la reestructuración de la deuda griega y en el caso de España a la actualización de sus activos inmobiliarios.
Ha habido también acuerdo respecto a la reestructuración de la deuda griega que deberá hacerse sobre la base de una quita del 50 por ciento. La cuestión ahora es que los responsables políticos europeos convenzan a los bancos acreedores de Grecia de que acepten voluntariamente esa quita. Ciertamente no van a tener otras alternativas.

La cumbre parece haber encallado con los Fondos Europeos de Estabilidad Financiera (FESF), que deberían servir para evitar el contagio a Italia y España de la grave crisis. Francia y Alemania no han logrado ponerse de acuerdo sobre el papel que debe jugar este fondo, pese a que ambos coinciden en que ha de incrementarse de manera importante su volumen. Ha sido, sin duda, la gran decepción de la cumbre que ha remitido a un próximo encuentro a finales de noviembre para tratar de resolverlo.

Poco también se ha avanzado, aunque era menos importante en la integración de la zona euro, un aspecto que Alemania considera vital para justificar su apoyo y, al tiempo, impedir que en el futuro puedan volver a repetirse situaciones como las actuales.

Finalmente, la cumbre no ha dado oportunidad alguna a que se pudiera debatir, según deseo del presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker sobre los eurobonos.

Aspecto positivo de esta cumbre ha sido también el plan de reformas presentado por Silvio Berlusconi en un momento en el que Italia se presenta como un elemento especialmente desestabilizador en la Unión Europea. El presidente italiano ha prometido profundas reformas laborales que incluiría el despido por motivos económicos y un vasto plan de privatizaciones. Habrá que confirmar, sin embargo, su capacidad para aprobar estas propuestas.

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