Deutsche Bank avisa: “La inflación es una bomba que hay que desactivar”
Deutsche Bank se desmarca de la mayoría de firmas de inversión y ve a la inflación como una bomba de relojería capaz de provocar una crisis
La inflación se está convirtiendo en un catalizador para la comunidad financiera en la actualidad y todos los IPC de todas las regiones avanzan con fuerza a nivel interanual, pero la mayoría de las firmas de inversión y todos los bancos centrales insisten en que, tras el cerrojazo a la actividad económica, ver estos niveles no es una sorpresa y serán temporales.
En cambio, Deutsche Bank da la voz de alarma y es muy claro: “No estamos preparados para un cambio tan dramático de la inflación” y pone el foco en los Estados Unidos: “Es el epicentro, pero otros irán detrás, y cuando el IPC supere el 4%, la Fed no será capaz de lograr un aterrizaje suave”.
Y es que la inflación en los Estados Unidos está en el 4,2% mientras que en la zona del euro se sitúa sobre el 2% cumpliendo con los mejores objetivos del Banco Central Europeo tras estar en terreno negativo el pasado año.
Inflación al alza todo el año
Se espera que durante todo el curso esta situación siga en aumento y los analistas de la entidad señala que los bancos centrales se encuentran cómodos con esta situación y que no van a actuar pues esperan que las tasas bajas vuelvan a aparecer el curso que viene por lo que se necesitará de nuevo estímulos para elevarla.
En este sentido, David Folkerts-Landau, economista jefe y director de investigación de Deutsche Bank, señala que puede que tarde en estabilizarse una inflación alta hasta 2023, “pero la inflación volverá a surgir y, aunque es admirable la paciencia de la Fed, descuidarla es una bomba de relojería con efectos devastadores para los más vulnerables de la sociedad”.
Visos de una recesión "significativa"
Por ello cree que no actuar supondría una “recesión significativa” que creará problemas financieros alrededor del globo, sobre todo en los mercados emergentes. Así, Folkerts-Landau, considera que el marco actual, aunque la globalización ha dado los crecimientos actuales, puede dar cada vez más espacio a la “desglobalización”.
Con todo, su conclusión es: “Tras años de expectativas para la inflación muy bajos nos encontramos mal preparados para el cambio dramático y es que, a día de hoy, muchos precios de los activos dependen del respaldo de los bancos centrales y una política de tipos a la baja donde la liquidez ha marcado el mundo tras el 2008”.