El BCE espera que los salarios aúpen la inflación, pero mantendrá estímulos

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, dijo hoy que espera que la inflación aumente impulsada por el[…]

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, dijo hoy que espera que la inflación aumente impulsada por el alza de los salarios, pero confirmó que mantendrán su programa de compra de bonos hasta final de año y los bajos tipos de interés durante el verano de 2019.

En una comparecencia en la Eurocámara, Draghi explicó que prevén que la inflación, que en agosto se situó en el 2 %, alcance el 1,7 % cada año desde ahora a 2020, un "perfil estable" detrás del que se encuentra un "aumento relativamente vigoroso de la inflación subyacente".

El presidente del BCE indicó que espera que la inflación subyacente -que mide la evolución de los precios de consumo excluyendo los de alimentos y energía- "aumente más en los próximos meses conforme el endurecimiento del mercado de trabajo eleva los salarios".

El crecimiento anual de los salarios negociados aumentó del 1,5 % en 2017 al 1,7 % en el primer trimestre de 2018 y al 2,2 % en el segundo, y el BCE confía en que el aumento continúe, dijo Draghi.

Aunque "débil", señaló, la inflación subyacente "ya ha estado aumentando" por la mayor presión de los precios domésticos.

A la vista de estos desarrollos, el emisor europeo decidió este mes reducir el ritmo de sus compras de activos a 15.000 millones de euros al mes a partir de octubre y hasta final de año, cuando pondrá fin al programa de compra de bonos si se confirman sus expectativas.

"Anticipamos que, si los próximos datos confirman nuestra perspectiva de inflación a medio plazo, pondremos fin entonces a nuestras compras", indicó Draghi.

Sus palabras fueron recibidas en el mercado de divisas con una subida del euro, que hacia las 15.30 horas GMT se cambiaba a 1,1778 dólares, frente a los 1,1756 dólares en las últimas horas de la negociación europea de la jornada anterior.

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Con todo, el jefe del BCE insistió en que "esto no significa que nuestra política monetaria dejará de ser acomodaticia" y subrayó que mantendrán también los tipos en los niveles actuales históricamente bajos "al menos durante el verano" de 2019.

"Para que nuestras expectativas de un aumento de la inflación se materialicen, tenemos que seguir siendo pacientes, prudentes y persistentes a la hora de calibrar nuestra política monetaria", incidió.

El BCE mantiene el tipo de interés al que presta a los bancos a una semana en el 0 %, cobra a los bancos un 0,4 % por el exceso de sus reservas a un día (facilidad marginal de depósito) y les presta a un día al 0,25 % (facilidad marginal de crédito).

En cuanto a la situación de la economía en la eurozona, Draghi señaló que el BCE espera que siga creciendo "con una base amplia", pese a que la institución rebajó este mes sus previsiones de crecimiento al 2 % para 2018 y al 1,8 % en 2019, en ambos casos una décima menos que en junio.

El jefe del emisor destacó que los riesgos para la eurozona son "en general equilibrados", "aunque las amenazas de proteccionismo, vulnerabilidades en mercados emergentes y volatilidad en los mercados financieros se han hecho más prominentes recientemente".

Si bien las turbulencias en economías emergentes como Argentina o Turquía no representan un "riesgo material" para el conjunto de la eurozona, el impacto de las medidas proteccionistas no se podrá evaluar totalmente "hasta que se conozca el alcance de la escalada" entre países, indicó Draghi.

En otro orden de cosas, el presidente del BCE abogó por crear una autoridad europea para vigilar el lavado de dinero, puesto que el sistema actual, en el que el control está en manos de las diferentes autoridades nacionales, "no funciona".

"Debería haber una autoridad contra el lavado de dinero europea para asegurar la visibilidad total de lo que está ocurriendo en la eurozona", dijo Draghi preguntado por los recientes escándalos de lavado de dinero en bancos de Letonia y Estonia.

Consideró que "está bastante claro que el sistema actual no funciona" y abogó por un "sistema fuertemente coordinado" en el que las autoridades intercambien información.

Draghi recordó, sin embargo, que el BCE no es responsable de prevenir o hacer cumplir las normas europeas contra el lavado de dinero y que su capacidad para cambiar la situación "es relativamente limitada".

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