El BCE mantendrá la calma. No adelantará nuevos estímulos a pesar de acelerarse los contagios

El banco central prefiere ver lo que ocurrirá con las elecciones estadounidenses y respetará su hoja de ruta

El Banco Central Europeo (BCE) mantendrá la calma a pesar del empeoramiento de la pandemia en Europa

Así, el organismo mantendrá sin cambios el programa de compras pandémico en la reunión de finales de octubre, aunque fuentes del BCE reconocen que el aumento de las infecciones conllevará nuevas restricciones y una reducción de la actividad.

Esto ya se nota en las bolsas, donde los inversores, ante el temor de que las oleadas se conviertan en tsunami, deshicieron posiciones.

Pero el organismo que preside Christine Lagarde prefiere esperar. Esto no supondrá que el organismo aplace la ampliación del programa pandémico, que está previsto para diciembre, pero sí que le permitirá al BCE tener cierto margen de análisis frente a acontecimientos que están por llegar y que terminarán por influir en su política monetaria.

Pendiente de tres citas

El retraso de la toma de decisiones a diciembre permitirá al BCE tener una foto completa de lo que ocurra tras las elecciones estadounidenses. Tendrá más información sobre el paquete de medidas que se llevará a cabo en los Estados Unidos.

Por otro lugar, todo apunta a que el Brexit también puede haberse disipado.

Asegurar el apoyo unánime para un nuevo paquete de medidas de estímulo también será más fácil en diciembre, según un funcionario de la zona del euro. 

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Un apoyo unánime es fundamental para Christine Lagarde, después de haber heredado de su predecesor un Consejo de Gobierno dividido entre halcones y palomas. Es decir, entra la postura de poner fin al QE y los que abogaban por ampliarlo.

El gobernador holandés Klaas Knot, pidió más información antes de tomar una decisión.

Eso sugiere que impulsar una expansión en octubre provocaría una división en el Consejo de Gobierno que podría restar impacto en el mercado.

Nuevos estímulos en diciembre

El mercado descuenta que e BCE ampliará el programa de compras pandémico (PEPP) en 600.000 millones de euros.

El programa está dotado con 1,35 billones de euros, que terminará en junio de 2021.

Sin embargo, se espera que el organismo no gaste la totalidad de él. Esto hace que no haya una razón inmediata para tener prisa, como argumentó el vicepresidente Luis de Guindos esta semana.

“Tendremos nuevas proyecciones en diciembre y reevaluar qué tan conveniente y adecuado es el paquete de acuerdo con las nuevas proyecciones ”, dijo.

Su colega Fabio Panetta ha expresado su preocupación por las perspectivas de precios y argumentó que el BCE debería pecar del lado de entregar demasiado estímulo puesto que la tasa de inflación de la zona del euro es por debajo de cero y probablemente permanecerá allí durante el resto del año.

Christine Lagarde se inclina por nuevas medidas

La presidenta del BCE, Christine Lagarde se ha manifestado en el mismo sentido que su vicepresidente, De Guindos, al señalar que el organismo estará dispuesto a tomar más medidas expansivas para apuntalar la recuperación.

Lagarde hizo estas declaraciones después de constatar que los datos macro de la región mostraban cierta debilidad tras el verano.

Lagarde incluso habló de tasas negativas, ya que cuando era gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) se refirió a las bondades de ellas.

Programa de compras expansivo

El BCE aprobó en marzo un programa de emergencia de compras pandémico (PEPP) dotado con 750.000 millones de euros a finales de marzo y que tenía como objetivo calmar a los mercados tras sus declaraciones en rueda de prensa de principios de mes.

Lagarde señaló entonces que el “el BCE no estaba para cerrar los spreads” de la deuda soberana, lo que hizo repuntar las primas de riesgo de los países periféricos. Esto chocaba con la Reserva Federal que no dudó en bajar tipos y aprobar compras ante el schock económico que la pandemia estaba provocando.

En mayo, Lagarde, con lección ya aprendida, no defraudó al mercado que esperaba un incremento del plan entre 400.000 y 500.000 millones de euros. Al final, el importe fue de 600.000 millones de euros y echó un capote a los endeudados al no sólo anclar el euríbor en negativo, sino que desde que mostró su decisión de actuar lo mandó a mínimo tras mínimo.

Actualmente, el indicador cotiza en el -0,46%.

Pero un mes antes, en abril aprobó PELTRO y LTRO, inyecciones de liquidez que tenían como objetivo proporcionar financiación barata a las entidades para que la trasladaran a la economía real.

 

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