El estado de alarma lleva al sector servicios a registrar la mayor caída de su historia

El índice Markit de servicios se hunde hasta los 7 puntos lastrado por hoteles y restaurantes

La proclamación del estado de alarma provocó una caída “sin precedentes” en la actividad del sector servicios, señalan desde la consultora Markit.

Así, el índice de actividad comercial, que recoge la evolución con respecto al mes anterior de 350 empresas de servicios encuestadas, se situó en 7,1 puntos en abril. En marzo, con apenas 15 días del estado de alarma, retrocedió hasta los 23 puntos de marzo.

A ello se sumó el parón de las actividades no esenciales que se dio en la primera semana de abril. 

Se trata de la mayor caída registrada y se encuentra muy por debajo del nivel 50 que marca la ausencia de cambios.

Por otro lado, la encuesta también estima que el PIB español registra una caída del 7% en estos momentos.

En el dato conocido, correspondiente al primer trimestre, la economía española se desplomó un 5,3%, la mayor tasa de toda la serie histórica, que comenzó en 1970, en tasa trimestral. 

Parón de los nuevos pedidos

La principal causa de esta contracción fue el marcado descenso en los nuevos pedidos recibidos tanto totales como los procedentes del extranjero.

Recordamos que el estado de alarma provocó el cierre de muchas empresas, el cierre de fronteras y el confinamiento, lo que provocó que la demanda de servicios se hundiera a niveles no vistos.

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Ningún sector escapó a esta situación, pero sí es cierto, que hubo algunos que se vieron más afectados, como el de hoteles y restaurantes, y en el de transportes y almacenamientos.

Por poner otro ejemplo, la actividad del turismo frenó en seco en marzo, con apenas 15 días de estado de alarma. La llegada de turistas se desplomó un 64% en apenas 15 días, con dos millones de turistas, la cifra más baja de toda la serie histórica.

En cuanto al gasto, también se redujo un 63%.

Confianza, en mínimos

La confianza de las empresas respecto al futuro se desplomó hasta el menor nivel registrado por el informe, ya que más de dos tercios de las empresas encuestadas se mostraron pesimistas, sobre todo, en cuanto a la evolución de la demanda, la actividad y la salud de las empresas y los consumidores.

Este pesimismo se vio reflejado en el mercado laboral, que tuvo un gran impacto negativo, sobre todo en el apartado de niveles de personal, que registró la mayor caída neta desde que se realiza el estudio e, incluso, empeoró los niveles de la crisis financiera mundial.

De esta manera, en apenas dos meses, el número de desempleados aumentó en 585.000 personas y la afiliación a la seguridad social se redujo en 1,1 millones de personas.

En cuanto a los precios, en abril surgieron grandes presiones deflacionistas, como consecuencia de la caída del precio de los bienes y servicios relacionados con el desplome del petróleo. 

La inflación se situó en el -0,7% en abril, no estaba en negativo desde agosto de 2016.

La caída de la actividad industrial, sin precedentes

Esta situación no es nueva. Ya la encuesta Markit también reflejó un parón en la actividad del sector manufacturero en España, que experimentó en abril la mayor caída desde 2008 debido a los efectos de la crisis de la pandemia.

El índice IHS Markit PMI de abril se redujo hasta los 30,8 puntos, marcando la segunda caída consecutiva tras los 45,7 de marzo, lo que señala "una contracción importante", con el peor dato desde diciembre de 2008.

En este apartado, el desempleo fue la partida más deteriorada desde la crisis de 2008 ya que el pesimismo y el parón en los pedidos obligó a las empresas a reducir el personal. 

 

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