Fusiones con prisa
Hay prisa. Y las prisas nunca son buenas. Esa es la sensación que se respira en el sector financiero a[…]
Hay prisa. Y las prisas nunca son buenas. Esa es la sensación que se respira en el sector financiero a la vista de los últimos acontecimientos que están marcando la reestructuración del sector. Cae Cajasur (es intervenida por el Banco de España) y se aceleran las fusiones. Ya estaba en marcha la unión entre Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa. Pero este último fin de semana, de forma apresurada, se concretaba una nueva integración, entre CAM, Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura.
Está claro que la presión del Banco de España, preocupado por la mala imagen y el incremento de la percepción de riesgo del sector financiero en el exterior, está jugando un papel importante en la reordenación. Aunque tampoco hay que olvidar que la urgencia también se debe a la cercanía de la fecha de caducidad del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), que prestará ayudas hasta el 30 de junio, según consta en la autorización de la Comisión Europea.
En cualquier caso, en general, la intuición es que las cosas no se están haciendo bien. Ya desde la CECA instaron el año pasado a las cajas a unirse, pero a ser posible sin intentar recurrir al FROB (cuyos tipos de interés mínimos parten del 7,75%) o limitando la solicitud de financiación al mínimo. Pero dadas las dificultades en las que se encuentra ya el sector, de mínimas no pueden calificarse las ayudas.
Las catalanas han pedido 1.250 millones de euros; la segunda fusión, a cuatro bandas, solicitará algo más de 1.000 millones... Y más grave resulta la necesidad de liquidez de Cajasur, cuya intervención también costará dinero a los contribuyentes. Se rumorea que la entidad podría necesitar más de 2.000 millones de euros del FROB, que ya ha inyectado 500 millones para apuntalar su capital. No obstante, si se hubiera llevado a cabo la fusión con Unicaja, la entidad podría haber obtenido dinero del Fondo de Garantía de Depósitos, financiado por el sector. La realidad vuelve a poner de manifiesto que la reestructuración de cajas que están principalmente controladas por políticos nunca es sencilla.