José Manuel Soria: una energía que le consume
José Manuel Soria no sabía donde se metía cuando aceptó el regalo envenenado de un ministerio con las competencias energéticas
Quiso un día Mariano Rajoy fijarse en José Manuel Soria, líder del Partido Popular en Canarias, para nombrarle ministro. Y no tuvo duda alguna de que debería darle alguna responsabilidad con el turismo, pero en el mismo paquete debería ir la energía y la industria por aquello de la economía de costes. Dicen quienes le conocen que, asumida la responsabilidad del ministerio, Soria pensó que sería el ámbito industrial el que le ocuparía la mayor parte del tiempo. Pero, lo que nunca pensó es que el sector energético le llevaría por la calle de la amargura en sus primeros cien días, ese periodo que los nuevos ministros han aprovechado para lucirse y exponer sus programas, aunque sin desarrollarlos de una forma práctica.
Indudablemente, José Manuel Soria no sabía donde se metía cuando aceptó el regalo envenenado de un ministerio con las competencias energéticas. De entrada, debieron llegarle las críticas que, de forma inmediata, provocó en el sector: "Este no sabe nada de energía". Y como si tal ignorancia fuera una ventaja, los responsables del sector no han cejado un momento desde su nombramiento para ponerle a prueba. Pero no sólo el sector: ¡también el Tribunal Supremo que con sus resoluciones está complicando cualquier posibilidad de acuerdo en el sector y le está imponiendo una imprevista subida de las tarifas!
José Manuel Soria no se encuentra y tanto es así que el propio presidente de Gobierno ha decidido en dos ocasiones hacer manifestaciones públicas tratándole de insuflar tranquilidad y confianza ante un sector, como el eléctrico, que amenazaba con comérselo vivo. "A mi no me asustan las presiones del lobby eléctrico", manifestó Mariano Rajoy esta misma semana al tiempo que adelantaba que el déficit de la tarifa eléctrica lo tendrían que pagar el Gobierno, las empresas del sector y los consumidores, que es lo mismo que decir que los "paganinis" de tan ingenioso invento, que tiene aparcado un déficit de 25.000 millones de euros, serán finalmente los contribuyentes, los accionistas y los consumidores.
Nadie ya se atreve de hablar de una "quita" a las compañías eléctricas que como globo sonda lanzó un día el ministro Soria para aliviar el peso del déficit tarifario. Aquel globo fue pinchado de inmediato y provocó una unánime reacción como no se veía desde hace mucho tiempo en el sector.
¡Vaya cien días de Gobierno! Tiene que subir la tarifa eléctrica, aunque no quería; probablemente deberá suspender el bono social del que disfrutan tres millones de españoles, aunque no era su intención; deberá encontrar una solución para el déficit de tarifario que no era el deseado y, mientras tanto, el sector industrial no tiene quien le dedique tiempo y el turismo apenas ha dado para un par de viajes y reuniones con los que olvidar los sinsabores eléctricos. Tanta Energía para nada.